Sin ser ninguna novedad, ni pertenecer al mundo digital, ha sido una de las protagonistas de la campaña; no hablo de las mentiras de Feijóo, que podría ser, sino de las macro lonas que se desplegado en lugares estratégicos desde los días previos, y que arrancó con esa oda a la libertad y a los derechos humanos bajo la firma de VOX, aquella en la que se deshacían del feminismo, la lucha LGTBI o la Agenda 2030… después llegaron más. Según leo, es un recurso económico y da grandes resultados, pues no queda en los viandantes sino que se replica en redes sociales una y otra vez por sus mensajes efectistas, multiplicando su alcance. Para algunas ONG este sistema es viejo amigo, Greenpeace lo había hecho en otras ocasiones y no ha querido dejar pasar la oportunidad de entrar en la guerra y, además, hacerlo por la puerta grande, la de Alcalá. De lo que estoy convencida es de que no calculó que no iba a tener tan buena caída como pretendían, a pesar de sus 14 metros. Y es que, si hay un mensaje que un sector nos ha querido colar desde que entró en escena es aquel de que todos los políticos son iguales, porque, obviamente, no lo son. Y si la cuestión es el cambio climático, no puedes igualar la preocupación y ocupación de nuestros líderes políticos, aunque ninguno de ellos sea Greta Thunberg o David Attenborough. Ante las críticas, tuvieron que aclarar su campaña diciendo que las caras no eran las mismas, que Sánchez y Díaz, aparte de abrasados, tenían un semblante serio, mientras Feijóo y Abascal sonreían porque sí «se la suda» el cambio climático.
El asunto es que no podemos dejarnos llevar por el todos son iguales; esa idea les va muy bien a quienes no quieren que pensemos, leamos, reflexionemos y comparemos. No hay político perfecto pero sí hay políticas mejores y peores; está la realidad, la que se demuestra con datos y hay castillos tenebrosos de falsos miedos y mantras en bucle carentes de contenido. Los hay que, abiertamente, nos ofrecen continuar la senda iniciada en la que, y ahí están las cifras, muchos, sobre todo quienes más lo necesitaban, han mejorado como nunca antes había pasado, a pesar de haber sufrido dos hitos históricos como la pandemia y la horrible guerra de Rusia contra Ucrania. No, no todos son iguales. No lo olvidemos.