Esther Durán

Serendipias

Esther Durán


Un deseo

21/06/2024

Tras tiempo escuchando hablar de boomers, generación x, millenials, z y alpha, sentí la curiosidad de saber dónde, teóricamente, me ubicaba, sobre todo, porque cada vez que se colaban tales nomenclaturas en la actualidad me veía absolutamente inmersa en la generación interbellum, por eso de que su seudónimo es perdida. Sin hacer una tesis doctoral al respecto, me enteré de que esto de nombrarlas tiene su aquel, que hay diversas teorías, que la autoría de los nombres no parece estar del todo clara, tiene sus padres y madres, y que se pueden establecer por periodo temporal a las bravas o teniendo en cuenta hechos y contexto histórico. ¿Y por qué este asunto ahora? La actualidad. Me explico. Mi recuerdo de esa pequeña incursión en las teorías generacionales llegó como un fogonazo mientras escuchaba una de las noticias de esta semana. Una más de esas que, especialmente desde hace un año, suceden con una periodicidad más frecuente de la deseable, porque la idoneidad sería que se produjeran un total de cero veces. El presidente de un Parlamento autonómico rompe la fotografía de una víctima de la Guerra civil, que fue encarcelada y fusilada por su ideología, por defender a las mujeres trabajadoras, por sindicalista, por escribir artículos y que fue violada por todo lo demás y por mujer, como se ha demostrado al hallar sus verdaderos restos, tras 85 años de su asesinato, nada menos. El lamentable suceso tuvo lugar durante el debate para derogar la Ley de Memoria y Reconocimiento Democráticos en Baleares. Su protagonista dice, ahora, que le hubiera gustado comportarse de otra manera, pero «no me han dejado alternativa». Tampoco la tiene cuando se declara negacionista de la violencia machista, del cambio climático, los derechos LGTBI, el covid o las vacunas. Él, que nació dos años después de la muerte del dictador, por tanto, de la generación x, con otras tres por detrás de la suya. Y me viene a la memoria un maestro que nunca o siempre existió pero que dejó un deseo, todavía hoy, por alcanzar: «Si conseguimos que una generación, una sola generación, crezca libre en España, nadie les podrá arrancar nunca la libertad, nadie les podrá robar ese tesoro».