Se acaba el curso escolar y comienzan los juegos de la conciliación no sin antes pasar por la recogida del boletín de notas o informe de evaluación, a gusto o disgusto del receptor. Siendo docente, sin contar aun con el título de la maternidad, te imaginas, que para eso crees ser empática, lo que siente un padre o madre cuando recoge el papelito y la cosa ha ido regular o mal o peor. Cuando pasas a su club y entonces sí te pones en su pellejo te das cuenta de que lo imaginado, como casi todo en este terreno, quedaba corto. Las caras te cuentan mucho más de lo que antes te decían.
Dando vueltas a este asunto hace unos meses, alguien con quien comparto tarea y muy posiblemente en ese momento compartíamos desesperación, me recordó el refrán que dice: "puedes llevar el caballo al río, pero no podrás obligarlo a beber". No podía ser más acertado, resume el baldío esfuerzo de tantos maestros, profesores y, sobre todo, familias que de todas las maneras posibles intentan hacer ver que formarse no es una opción, que hay que hacerlo sí o sí, que es por su bien. ¿Habrá una frase pronunciada de progenitores a descendientes más reiterada que esta?
Pero tampoco podemos olvidar el resto de aristas que forman este problema y que no son pocas, porque no todo es el no querer de unos, también está el no poder de otros. No todas las familias se pueden permitir ayudar a sus hijos por las tardes, muchas tampoco saben, el tiempo es el que es y parece que cada día hubiera un señor malicioso restando horas de las veinticuatro prometidas, hay turnos imposibles, situaciones complicadas, y más que complicadas, e incluso innombrables y no deseables... Ojo, y el sistema, pero este poliedro da ya para una serie interminable de artículos. Siguiendo en el ámbito familiar y personal del alumnado, echando la vista atrás, repasando tantas familias, jóvenes, situaciones, éxitos y fracasos me acuerdo de la manida meritocracia de la que tanto se habla y pregona pero que, desgraciadamente, en la gran mayoría de los casos, tiene poco de mérito y mucho de cracia.