Haber conocido a Mariano García Ruipérez ha sido, aparte de un honor, una oportunidad de aprender al lado de un gran profesional. En estos tiempos en los que es difícil encontrar a personas que unan en sí mismas, aptitud y actitud, Mariano las reúne de manera especial.  Deja su cargo en el Archivo Municipal de Toledo a cuyo frente estaba, la familia ha tirado más que su acendrado toledanismo, pero es lógico y comprensible que así sea. Mariano llegó a Toledo desde Talavera para poner en orden el Archivo Municipal de Toledo, una joya de contenido que Mariano junto con Oliver, MariPrado, Teresa, Manuel y otros que pasaron en estos años, han conseguido que sea un Archivo de excelencia. Han sido 33 años, desde aquel diciembre de 1991 que tomó posesión. Se han ido sucediendo corporaciones de uno y otro signo, pero Mariano era el fijo y los demás cargos eventuales, cuestión que es bueno que asuma todo aquel cargo político que piensa puede estar por encima de los funcionarios que le han tocado. Y Mariano ha sido leal con el Ayuntamiento y con la Ciudad. Cuanto nos ha enseñado y cuantas aportaciones ha hecho para conocer mejor nuestra historia, no solo la del pasado, si no la del presente también. Visitar el Archivo era entrar en uno de los monumentos desconocidos de Toledo, podías acceder a cualquier documento que te aportaba información sobre hechos y personajes y te asombrabas de la rapidez y exactitud en la localización de lo buscado. El Archivo no solo está físicamente en el nuevo inmueble donde está ubicado al lado de San Marcos, la gran labor de digitalización llevada a cabo, también permite acceder al mismo a través de su web. Hoy lunes 24 ya estará en su nuevo cargo de jefe del departamento de la Unidad Técnica del Archivo De la Villa de Madrid. Confío en que muy pronto podamos volver a reunirnos para debatir sobre cualquier tema histórico o de actualidad. Con Mariano siempre se aprende.