Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


¡Mi Toledo alé!

20/06/2024

No hay nada tan bonito como ver vibrar a tu ciudad por una ilusión común. Que se olviden las ideologías, que se dejen a un lado el escepticismo y las cuitas cotidianas para rugir al ritmo de un solo grito: Toledo. Sí, nuestro equipo nos ha proporcionado esa seña de identidad que va más allá del barrio y del pueblo de cada uno, para mantener un sueño que no significar llegar a la máxima categoría, pero simboliza el poder del grupo, el empuje de una afición en perfecta comunión con los suyos. Es futbol, sí. Pero también es la vida.
Son muchos los que desprecian al deporte rey, pero no saben cuántos sentimientos se esconden en un partido, cuánta pasión y qué derroche de valores como el esfuerzo, la solidaridad y el sacrificio puede emerger de esos 90 minutos de lucha. Que luchar, por cierto, también forma parte de la vida. Ahora, todos nos vestimos de verde, nos acercamos al Salto del Caballo y queremos que nuestra ciudad se venga arriba, aunque sea de manera efímera, en esa emoción que supone mejorar, llegar más alto, superarnos. Y mirar con orgullo el escudo de Toledo.
Cuando escribo estas líneas, ese afán por ver a nuestro equipo ha llevado a que el estadio se quede pequeño, a que se coloquen gradas supletorias, a que niños y adultos quieran asistir a un momento que no conllevará una Champions para nuestra vieja Ciudad Imperial, no. Ni falta que nos hace, que nos basta con sumar victorias pasito a pasito, triunfos sacrificados que no conllevan cantidades millonarias para nuestros jugadores, pero sí anhelos de gloria para miles de aficionados que se identifican con un equipo modesto. Pero suyo.
Hace tiempo que vengo reivindicando que Toledo debe unirse por un ideal común. Días atrás, las fiestas del Corpus han supuesto el despegue de una alegría desbordante, que muchos ni siquiera sabían que latía en nuestros corazones. Ahora, es el fútbol el que cohesiona a las gentes de esta Peñascosa Pesadumbre, que diría Cervantes. Y estoy feliz por ello.
A quienes no compartan esos ideales que clamarán miles de gargantas este domingo en el Salto del Caballo hay que pedirles respeto. Porque detrás de cada uno de los que viste la camiseta verde, e incluso, se cuelga al cuello una bufanda en pleno verano, se esconde el alma de un toledano cuya única bandera es la pasión.
Espero que el domingo el Toledo ascienda. En cualquier caso, la afición será un ejemplo para quienes nos hemos contagiado de ese amor incondicional a un equipo que no será el mejor del mundo, qué más da, pero que es nuestro. La sensación de unidad, de apego, de amor a una ciudad y a unos colores quedará intacta cuando acabe ese partido. Eso ya es indudable.  Deseo a mis paisanos que vibren con ese sueño porque, eso supone, al fin y al cabo, celebrar la vida. Y, como dice mi querido amigo Resu, ¡mi Toledo alé!