Dice mi yerno Iñigo que un balón y cuatro piedras pueden suponer que 22 chavales se entretengan y se vuelvan más amigos. Yo recuerdo que a mediado de los años 50, ante la falta de otros sitios donde hacerlo, montábamos un campito de futbol en la carretera de Ávila, a poco más de 100 metros pasado el cruce con la Avenida de la Reconquista. Caso de que viniera un coche, lo que era bastante excepcional, nos daba tiempo a retirar las piedras que marcaban el espacio de las porterías y reponerlas una vez este pasaba. De aquella generación no salió ningún figura del fútbol, aunque sí en otras disciplinas. Como referente de deportista español, teníamos a Bahamontes y poco más. Ahora, viendo la ceremonia de inauguración de los JJ.OO. soy consciente de lo que ha pasado en las últimas décadas. El deporte de élite se ha extendido en muchas disciplinas, decenas de países tienen equipos que pueden competir al mejor nivel. España tiene opciones de traerse de París más medallas de las conseguidas en Barcelona 92. La programación de estos Juegos nos hará estar pendientes del resultado de muchas disciplinas a las que prestamos poca o nula atención. Además, traerá otras consecuencias, valorar el esfuerzo de los atletas que han conseguido clasificarse para estar en París, ver la capacidad de sacrificio que ello ha supuesto. Sentí orgullo al ver que el Equipo Olímpico Español estaba equipado por JOMA, empresa ejemplo de lo que un hombre y su familia han logrado hacer en unas pocas décadas, a base de trabajo y esfuerzo como si fueran buenos atletas olímpicos. Me dio un poco de envidia al oír al presidente del Comité Organizador de los Juegos refiriéndose a los atletas franceses, "cuando uno de vosotros esté en la línea de salida, 68 millones de franceses estarán con vosotros", seguro que no es extrapolable a nuestro país. El desafecto a la idea de "pueblo" o "nación", no va mucho con nosotros. Hemos facilitado que haya un nacionalismo chapuza que separa más que une. Yo, por mi parte, intentaré apoyar moralmente a todos los atletas, incluso a esos 22 chavales que se pueden unir para dar patadas a un balón utilizando cuatro piedras para marcar las porterías.