Esther Durán

Serendipias

Esther Durán


Proximidad

17/01/2025

No es que haya hecho un listado, pero para el año recién estrenado sí tengo algunos propósitos, como abandonar la red social que cada vez apesta más a bulo y a libertad, de la que se consigue pagando. Si es que no podía augurar nada bueno cambiar la imagen y pasar de un elegante monarca nuquinegro a una X. Sé que voy tarde, que la conversión en estercolero no es reciente, pero hasta ahora había evadido, cual novio de presidenta, los perfiles casposos y vomitivos a golpe de bloqueo y me iba quedando con lo que me interesaba. Confieso que, en la mayoría de las ocasiones, mis incursiones son para obtener de manera rápida los temas candentes sin más y sin ansias de información veraz, mientras que otras muchas son por puro cotilleo y hábito, por no decir cierta y ridícula adicción. Esta semana, en una de esas, sin tener claro si era del primer o segundo tipo, me encontré con el nombre y apellido de una famosa que no me cae bien, ni mal, pero en ese momento me generó curiosidad. Estoy convencida de que el 95% de quienes están leyendo ahora esto no tienen ni idea de lo que les voy a contar: resulta que el mundo del corazón anda detrás de que la hija recién nacida de la sobrina de Isabel Pantoja está ingresada. Los últimos días, siempre que entro en la red que fuera un bonito pajarito aparece su nombre y decenas, cientos, miles quizá, no sé, de mensajes preocupados por la salud de la pequeña, mandando ánimos, oraciones y, por supuesto, nauseabundas especulaciones.  Excepto lo último, lo demás entra en la naturaleza del ser humano, ¿quién no empatiza con la vida de un pequeño? 
Recuerdo una clase de la asignatura Redacción periodística y aquella monserga repetida hasta la saciedad de lo que era o no noticiable, que si novedad, actualidad, pertinencia, proximidad… Y en la proximidad no cabía solo el kilometraje, también otros muchos factores menos medibles, pero igualmente visibles. 
Reviso la red del antiguo trinar de pájaros. Se ha dejado de orar, lamentar y rogar por esos niños condenados a muerte en Gaza. Miles. Y suerte que algo aparece por la tregua que se acuerda, pero no llega. Verdaderamente, ¿se ha dejado de o nunca se llegó a?