Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Predicar y no dar trigo

27/11/2024

Qué bonitas son las palabras, vendidas a bombo y platillo del altavoz institucional y el soporte financiero del gobierno. Pero cuando llega la hora de la verdad, la de demostrar con hechos que respalden tanto anuncio y escaparate, tanto neón y guirnalda, es cuando quedan demostradas las limitaciones que la soberbia ignorante y la incapacidad de gestión.
En muchas ocasiones las buenas palabras se las lleva el viento, o las más de las veces, retratan que cumplir con ella es signo de debilidad y de poco discernimiento por cumplir los compromisos. 
Bien es cierto que la realidad va demasiado rápido, pero no menos cierto es que contamos con muchos vericuetos en los que la palabra dada no va acompañada de la voluntad y el ánimo de cumplirla. El típico: pide lo que quieras que te daré lo que me de la gana. 
Nuestro gobierno regional ha planificado unas cuentas públicas pírricas, vendidas a bombo y platillo, con todo el gasto de estructura disparado, sin control sobre gasto superfluo y vendiendo la moto que le compran los de la 'opinión sincronizada' (tan grave, o más, son aquellos que cumplen una labor de silencio cómplice, callando sabiendo que no está bien). 
Este presupuesto no es beneficioso para el desarrollo de la región, no reduce las brechas, ni digital ni educativa, ni financiera ni de capital, ni de empleo ni de oportunidades. Tenemos grandes carencias y demandas en materia de infraestructuras, tanto viarias, como hídricas. El consejero venderá su pírrica inversión dedicada al gasto de estructura, no lo que invierte en autovías, eliminación de puntos negros en las carreteras de nuestra región (ejemplo sangrante el acceso y viales de acceso al EATIM Alberche, de Calera y Chozas).
Pero igual pasa con el mantenimiento de nuestro ingente patrimonio cultural. En papel, aumenta la oferta, en la realidad, se reducen los porcentajes de apoyo de la Consejería de Cultura en las Artes Escénicas a los municipios de nuestra región. Para mantener una agenda cultural, el gobierno regional abandona los indicadores de calidad para utilizar de manera subjetiva y dedocrática la asignación de fondos culturales a pueblos del color del gobierno, pero a eso que llaman libertad de expresión, se le llama autoritarismo, poca vergüenza y utilización partidista de las cuentas públicas.