Pésame un mundo tener que hablar de política en unas fechas luctuosas por el fallecimiento del Papa Francisco. He de reconocer que las opiniones de muchos dignatarios gubernamentales han dejado claro que, desde el sectarismo, debe ser muy difícil decir cosas sensatas.
Empezando por los aduladores impostados de izquierdas, a los que les queda fatal intentar hablar bien de alguien perteneciente a esa Iglesia que ellos querrían ver arder, o así lo gritan en muchas manifestaciones "tan guays",con soflamas que recuerdan los peores episodios de nuestro país hace 90 años.
Este espectáculo al que nos vienen acostumbrando para no hablar de las cosas del comer, porque todo es un puro teatro. Nada es lo que parece con tal de hacer lo que les viene en gana y mantener la poltrona. Han repetido sentirse identificados con las enseñanzas de Francisco, pero sobre el bien común más bien ejercen poco interés e intención. La izquierda radical lo único que busca es acabar con el modelo constitucional que nos dieron nuestros padres para, con un "quítate tú para ponerme yo", destrozar el período más tranquilo y de mayor progreso del país. ¿Razón? Su sinrazón, ni más ni menos.
Que funciona el Turismo, pues se tira por tierra y se genera un movimiento de animadversión sectaria. Que hay oportunidad de ser competitivos en materia de agricultura y ganadería, pues se exprimen las exigencias ecologistas para naturalizar un planeta en el que la huella antrópica es difícil de ocultar desde hace muchos siglos. Que la democracia era un bien al que no dábamos la importancia que realmente tiene, pues lo están socavando para provocar una sensación de enfrentamiento y sectarismo demasiado peligroso en todos los sentidos.
Pero si el circo parece que tiene poco espectáculo, llega el presidente y aprovecha para dar alas, y cuerda y coba y todo lo que sea necesario con tal de apagar los fuegos de artificio de las sobrinas y pelipetirrojas y hermanos y cuñados y titos Bernis y demás jarca de una gran componenda, la que se está repartiendo las riquezas de todos los españoles, está siendo sacrificado el Estado de Derecho y se está finiquitando la igualdad entre todos los españoles. Esto se está convirtiendo en una pista de circo y los enanos creciendo.