Se acerca la Navidad. Ésas 'fechas tan señaladas' en las que unos celebramos el nacimiento de Jesús y otros tienen algo así como días de asuntos propios.
Son fechas en las que, como consecuencia de una tradición de reencuentros y buenas intenciones -que han de mantenerse-… , se hacen regalos y se compran artículos de todo tipo para nuestros familiares y amigos.
De una u otra forma, son fechas en las que, por estas razones, los comerciantes de cualquier ciudad -también los de Toledo- tienen puestas sus esperanzas para afrontar, con mejor garantía, los rigores del invierno. Y uno, que es de natural ingenuo y confiado, observaría con agrado que su Ayuntamiento -y demás instituciones- colaboraran, de la mejor manera posible, con aquellos que ofrecen sus servicios y pagan sus impuestos durante todo el año en Toledo.
Por eso, siempre miré con cierto recelo la colocación -puntual y oportunista- de los mercadillos navideños, sobretodo, si en ellos se venden artículos ajenos a la Navidad, artículos de artesanía -como si de artesanía se tratara-, si hay souvenirs, si tienen bisutería, recuerdos… En otras palabras, si venden lo mismo -y en ocasiones, incluso, de peor calidad- que venden muchos de nuestros pequeños comerciantes … ¿A quién ayudarán tales mercadillos?
¿Alguien ha pensado que la mejor manera de ayudarles igual no pasa por multiplicar su competencia injusta e innecesariamente?
¿Se les ha informado con la necesaria antelación o facilitado que sean ellos los que pongan sus tiendas y puestos en la calle? Espero que sí.
¿Alguien ha pensado si sería bueno emitir algún tipo de 'bono descuento' en nuestros comercios para las fechas más señaladas de la ciudad (fomentando así su actividad y facilitando su supervivencia)? Solo es una idea sin estudiar en profundidad.
Espero que las respuestas a estas preguntas sea un contundente sí y en el ayuntamiento se haya pensado antes en los vecinos que en los visitantes; se haya pensado antes en quienes están todo el año que en quienes solo vienen para 'llevárselo crudo' en las fiestas; se haya pensado que turismo sostenible no es sinónimo de 'mucho turismo'; se haya pensado que las medidas y las decisiones públicas deben ir dirigidas a mejorar la calidad de vida de los vecinos y a integrar ésta, equilibradamente, con la mejor atención posible a nuestros visitantes; se haya pensado que escuchar a los comerciantes, tanto personalmente como a través de sus representantes, es algo necesario y no un mero compromiso rutinario…
Coincido y comparto el eslogan de que Toledo tiene estrella. Hagamos entre todos que esa estrella luzca, brille con luz propia y para todos, especialmente para todos aquellos que ¡durante todo el año! trabajan para pagar 'su luz'.
Estoy casi seguro de que así será y Toledo podrá ser disfrutado por sus visitantes sin necesidad de perjudicar a sus vecinos.
¡Feliz Navidad para todos! (es un poco pronto, lo sé, pero con este tema, no podía terminar de otro modo…)