Sigo en shock. No quiero creer que esta desgracia ha pasado en España.
Vamos camino de una semana desde las lluvias del martes 29 de octubre y algunos siguen enredados en sacar rédito político -con una evidente dejación de funciones- en vez de ponerse a trabajar -¡TODOS a una!- para ayudar a los afectados, localizar a los desaparecidos y recuperar los cadáveres de quienes no lo superaron.
Me reconozco abochornado y avergonzado a partes iguales.
No es aceptable que los políticos no estén a lo que tienen que estar: atender a los ciudadanos.
No es aceptable la tardanza y la limitación de la presencia de nuestras Fuerzas Armadas y de nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad (pese a que ellos estuvieron dispuestos, preparados y a la orden desde el primer momento) para ayudar a los miles de afectados.
No es aceptable que los ciudadanos tengan que hacer guardia en la puerta de sus negocios y casas -arrasadas- porque no hay nadie que lo haga.
No es aceptable que los cauces de arroyos, ramblas y barrancos lleven años abandonados como consecuencia de no sé qué tipo de ecologismo de salón (su limpieza, hoy, es -inexplicablemente- casi un delito…).
No es aceptable que, incluso en estos momentos, la absurda e ineficaz burocracia se anteponga a la urgente necesidad de intervención.
No es aceptable que cualquier inepto, por razón de simpatía o de necesidad del partido de turno, ocupe puestos para los que, por lo que estamos viendo, no está capacitado.
No es aceptable que las iniciativas ante una emergencia nacional, dependan de unos políticos incapaces y no de técnicos y profesionales de acreditada competencia.
No es aceptable que el gobierno tarde menos en ayudar, acertadamente, a países vecinos (Marruecos, Portugal, Italia…) que en ayudar a los propios españoles.
No es aceptable (aunque demuestra la grandeza del pueblo español) que tengan que ser los vecinos menos afectados los que ayuden porque quienes deberían estar, no están. No puede ser que, para muchos, la única ayuda, después de tanto tiempo, siga siendo la de ciudadanos anónimos.
No es aceptable que la incompetencia, amparada en la burocracia y en lo absurdo de las algunas normas, esté trasladando al mundo que España está más cerca de ser un estado fallido que de un país del "primer mundo".
No es aceptable que a una semana de la tragedia, unos y otros sigan echándose las culpas de lo ocurrido. ¡A mí qué me importa, señores! ¡Ayuden, socorran y pongan todos los medios que sean necesarios para que los afectados puedan, en la medida de lo posible, recuperar cuanto antes la "normalidad"!
Y, si no son capaces, no saben o, simplemente, siguen anteponiendo sus cuitas partidistas a las necesidades de la gente para la que dicen trabajar, … ¡Váyanse a su casa, no molesten y dejen trabajar a los que quieren y saben! Si ese fuera el improbable caso, recuerden:
¡No cierren al salir… que hay que ventilar su hedor a incompetencia!
¿Hasta cuando hemos de aguantar su ineptitud? ¿Qué más tiene que pasar aquí para que nos demos cuenta de que ustedes no son la solución sino parte del problema?
La gente está demostrando que está a la altura. Los responsables políticos, no.
Somos un gran pueblo que no necesita inútiles para salir adelante.
Hemos visto imágenes de miles de voluntarios yendo a ayudar -cuando aún nadie había tomado decisión alguna- que harían caer a cualquier gobierno digno de ser llamado así.
Hay esperanza.
Avant, valencians!!
Tota Espanya està amb vosaltres!!
Molts ànims!!