Fernando Díez Moreno

Política y Humanismo

Fernando Díez Moreno


La Nación española

22/07/2024

En los tiempos que corren, en los que está a punto de reconocerse por el Gobierno de España que otras partes del territorio nacional sean también naciones, por exigencias pura y simplemente de mantener las mayorías parlamentarias en el Congreso de los Diputados, conviene meditar sobre las condiciones en las que se asienta una Nación.
Ante todo, una Nación se asienta en la voluntad de sus ciudadanos. Si tomamos el ejemplo de Estados Unidos, Francia o Alemania, entre otros, la voluntad de sus ciudadanos americanos, franceses o alemanes es la de ser una Nación como realmente lo son. Esa voluntad no existe en España. En algunas partes del territorio nacional se insulta a España, se la acusa de robo, y se manifiesta la voluntad de no pertenecer a ella. Es cierto que son minoría en relación con la totalidad de la población, pero su mera existencia hace que sea un problema permanente y que haya intentado resolverse, incluso, con violencia.
Esa voluntad de los ciudadanos no es innata, sino que se educa. La educación juega un papel esencial en la conciencia de la Nación. En el ejemplo puesto anteriormente, se educa en el orgullo de ser americanos, franceses o alemanes. En España no ocurre así. Y cuando futuras generaciones de estudiantes hayan sido educadas en el odio a España y estas generaciones alcancen una mayoría importante de la población, entonces no habrá forma de parar el secesionismo.
La tercera condición para que exista una Nación radica en la actitud de los medios de comunicación y de las redes sociales. Nadie duda de la importancia de los medios y redes para orientar la opinión pública. Si esta orientación es positiva se avanzará en la consolidación nacional. Pero, desgraciadamente, en España no es así. 
Una cuarta condición es la cultura. Decía el Papa San Juan Pablo II que la historia de las naciones no es la de sus reyes, sus conquistas, o sus descubrimientos, sino que es la de su cultura. En España tenemos un rica y milenaria cultura, mucho más rica y milenaria que la de muchos otros países. Nuestro problema está en que, nosotros mismos, no lo reconocemos.
La quinta condición es la unidad de lengua. En España la tenemos con el castellano, que hablan 500 millones de habitantes en el mundo, pero la existencia de otras lenguas en Cataluña, País Vasco y Galicia hacen que, lejos de fomentar la lengua común, exista una tensión permanente hasta el punto de imponer por la fuerza el uso de la lengua que no es la común.  
Finalmente, una sexta condición para que exista una Nación es la comunidad de intereses. A todo español, cualquiera que sea el lugar donde resida, le interesa una buena y eficiente sanidad, un buen sistema educativo para nuestros hijos, unos servicios públicos eficaces y baratos, una red de infraestructuras de comunicaciones por carretera y vía férrea, una política económica que permita el crecimiento sin inflación, etc., etc. Nos interesa a todos, pero la falta de acuerdo en las cinco condiciones anteriores hace que no seamos conscientes de la comunidad de intereses.
Para el humanismo, la conciencia de pertenencia a una nación es un elemento básico para la persona, para el ciudadano. Su ausencia no puede suplirse. 
Así pues, voluntad, educación, actitud de los medios y redes, cultura, lengua y comunidad de intereses serían las condiciones para que España fuese una autentica Nación, cosa que estamos muy lejos de ser. 
• Voluntad de ser de la nación
• Educación en esa voluntad
• Importancia de los medios de comunicación
• Cultura y lengua
• Comunidad de intereses