Fernando Díez Moreno

Política y Humanismo

Fernando Díez Moreno


En defensa de la familia (III)

28/10/2024

La defensa de la familia de la que hemos hablado en los dos artículos anteriores no viene determinada solo por la crisis que revelan los datos que hemos expuesto, sino también por un movimiento ideológico más amplio y de mayor alcance que, amable lector, tienes que conocer.
Para entendernos, este movimiento podría denominarse 'nueva izquierda' o 'nuevos progresistas', y es el sucesor, con algunos añadidos, de la izquierda marxista que cayó cuando se derrumbó el muro de Berlín, pero que ellos ignoran. Dentro de él se mezclan los partidarios de la permisividad en la educación, de la intolerancia frente al cristianismo, de los ataques a la Iglesia, del pacifismo ('buenismo'), del multiculturalismo (alianza de civilizaciones), del ecologismo radical, del feminismo también radical y de la ideología de género.
El origen de este movimiento es marxista. Ya Engels sostuvo que la primera lucha de clases era la de la mujer contra su marido, que la liberación del proletariado pasaba por la liberación de la mujer, y que la familia dejaba de ser una unidad de producción por lo que podía extinguirse, dado que los medios de producción pasaban a ser propiedad del Estado. También Marx propugnó la abolición de la familia burguesa.
El estudio sobre los fundamentos de la nueva izquierda puede encontrarse en numerosos autores, desde Sartre y Foucault, Habermas, Galbraith y Gramsci, hasta Lacan, Deleuze y Guattari, Said, Badiou y Zižek.
Esta ideología de género sostiene que, dada la imposibilidad de suprimir las diferencias biológicas entre hombre y mujer, deben suprimirse todas las demás, pues no son sino productos sociales, culturales o históricos nacidos en otras circunstancias. Y, como las circunstancias han cambiado, no hay ninguna vinculación con tales productos. En consecuencia, se igualan los géneros: masculino, femenino, homosexual, lésbico, mixto, trans, etc.
Para conseguir abolir las diferencias se propugna una revolución moral, familiar y sexual cuyos instrumentos son el aborto libre, los llamados "nuevos modelos" de familia, la normalización de la homosexualidad y el lesbianismo, el reconocimiento legal de las parejas de hecho, los matrimonios gais, la educación para la ciudadanía, los ataques a la Iglesia, y la píldora del día después, entre otros.
No hay ninguna duda, que la 'nueva izquierda', los 'nuevos progresistas', el 'socialismo radical' o como quiera llamarse, pues todo es lo mismo, pretende la abolición de la familia de manera sistemática y contumaz. Un humanista, que sabe bien de lo que habla, I. Gafarevitch, en su libro 'El fenómeno socialista', ha dicho que la abolición de la familia, la comunidad de mujeres, la ruptura de los vínculos paterno- filiales, son principios proclamados por la mayoría de las doctrinas socialistas y constituye uno de los aspectos de su tendencia a la destrucción y al gusto por la nada.
La respuesta del humanismo cristiano fue dada por San Juan Pablo II quien publicó el 22 de noviembre de 1981 la Exhortación Apostólica 'Familiaris Consortio', que en su punto 46 contenía el compromiso de publicar una "Carta de los derechos de la familia", compromiso que cumplió el 22 de octubre de 1983 el Pontificio Consejo para la Familia, publicando dicha Carta, que consta de doce artículos y cuya lectura, a pesar del tiempo transcurrido, resulta imprescindible. La Carta será analizada en los próximos artículo. 
N.B. Una visión completa de los temas que hemos tratado en los tres artículos anteriores se puede leer en el documento 'La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar' (abril de 2012), de la Conferencia Episcopal Española, que se puede encontrar fácilmente en la página web de la Fundación Tomás Moro: www.fundaciontomasmoro.es