Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


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18/07/2024

La Política Agraria Común (PAC) 2023- 2027 contempla, entre sus normas de desarrollo, la obligación de mantener un sistema de monitorización de las superficies agrarias. De esa manera, los Estados miembros disponen de una evaluación periódica de las actividades y prácticas agrícolas que se realizan en cada terreno, facilitando con ello el control de las subvenciones y la gestión burocrática a los agricultores, con el fin de contribuir a la digitalización y modernización de la PAC.

Por esta razón, se van ampliando paulatinamente el número de condiciones para recibir una subvención que pueden monitorizarse automáticamente con los datos de los satélites Sentinel de Copernicus - programa de observación y monitorización de la Tierra de la UE- y, además, se consideran a las fotos geoetiquetadas como datos de valor equivalente a la ofrecida por los satélites para monitorizar las superficies.

Hasta aquí todo teóricamente impecable, pero en la práctica las fotos geoetiquetadas, aunque pensadas para agilizar y simplificar la comunicación de los agricultores con la Administración, se han convertido en una carga para el campo, ya que se necesita contar con conocimientos digitales y las aplicaciones no están preparadas para usarse en las condiciones en las que muchos trabajan, sin cobertura. Estas son algunas de las conclusiones de la encuesta que realizó la Comisión Europea entre los agricultores, de los cuales el 26% declaraba que les hacen perder un tiempo del que no disponen y el 50% ni las había empleado. Analizada la situación, el Consejo Europeo ha adoptado la supresión de la obligación de garantizar en 2027 que el 70 % del seguimiento agrario fuese con fotos geoetiquetadas.

Y lo entiendes todo mucho mejor cuando, por razones que no vienen al caso, tienes que pasar unos días en pleno campo en los que, como no son de descanso, tienes que mantener tus rutinas y hábitos diarios. Allí te enteras de muchas llamadas telefónicas porque te alerta el servicio de mensaje del móvil, pero no las recibes porque no hay cobertura. Los documentos o los videos que llegan no se descargan por lo que, al ir acumulando y acumulando sin leer, es difícil encontrar el tiempo suficiente para ponerte al día. No solo es una desconexión digital, también sociolaboral porque tienes que ir a otro ritmo.

No se oye tu emisora de noticias habitual y te contentas, pensando que es una buena oportunidad para conocer otras cadenas y otros puntos de vista. Pero, cuando, deseando entrar en casa, vuelves de noche y cansada después de ir a comprobar cómo estaban unas yeguas próximas al parto y la aplicación para desconectar la alarma se mantiene en un irritante "Cargando, por favor, espere…" porque la cobertura de la zona solo le ofrece una barrita de 3G, pues ya no encuentras razón para estar tan contenta.

Quizás porque no es lo mismo hablar de porcentaje de territorio con cobertura, que porcentaje de población con cobertura. Que el 90% de la población disponga de cobertura 5G no implica que el número y tipo de antenas desplegadas alcance todo el territorio y menos el rural.