Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


No estuvo allí...

13/12/2024

Pedro no fue al funeral de Valencia; ya demostró que Valencia le importa muy poco, lo justo para ver si logra achicharrar a su presidente, y se cobra alguna pieza «pepera». Era lógico que no fuera. Si no le importó cuando Valencia se ahogaba, hasta soltar aquello de «si quieren algo que lo pidan» y si se quedó impasible abdicando de sus responsabilidades como presidente, no va a tomarse más molestias por una misa y menos con el riesgo cierto de oír como lo abuchean. Pedro es demasiado narcisista para sufrir tal afrenta. Como Nerón, piensa que bastante favor hace al pueblo presidiendo el gobierno, ¡con lo alto que es y los títulos que tiene!... aunque sean plagiados.
Además, Pedro,  el batallador, tiene bastante con su guerra personal contra Franco. Debe considerarlo un espectro muy peligroso y no se fía de que su espíritu pueda volver y robarle del Falcon. Por eso no pierde tiempo en homenajear, por ejemplo, a los asesinados por ETA de su propio partido hace cuatro días. Necesita homenajear a los represaliados por quien llevan cincuenta años muertos. Le ocurre como dice Valderrama en una canción: «dame por espada el rayo, dame por muleta el trueno, que quiero ver si consigo matar la sombra de Islero…».
Aunque también pudiera ser que Franco sea el único activo que le queda para mantenerse en el Falcon. Realmente su aportación a la sociedad no puede ser más deplorable y por ello sufre un miedo cerval al futuro como todo el que no tiene su conciencia tranquila.
Quizá por eso Puigdemont, que se ve toreado con una simple  manta, le nombra su bicha personal: nada menos le propone que se someta a una moción de confianza, ¡de  confianza nada menos! pero, ¿quién en su sano juicio confía en Pedro Sánchez? Todavía hay «talibanes» que lo hacen pero la dosis de traición a sus promesas, es tan alta que hasta a los más acérrimos  le cuesta creer.  
Está claro que Puigdemont sabe que no lo va a hacer y tampoco lo quiere ¿Dónde puede estar mejor un delincuente que bajo la protección de Pedro Sánchez? Puigdemont lo usa como una pequeña venganza por el ninguneo a que lo tiene sometido, pero eso no impide que a Sánchez le corra el escalofrío que produce el canguelo y hasta vea la sombra del mismo Franco.
Este miedo es lo que ha provocado que nombre ideólogo del partido Socialista a Zapatero. Un ser que no tiene un gramo de inteligencia porque todo su peso lo tiene en maldad. Zapatero ha resucitado y reforzado la ideología fascista más pura, que ha resumido en el ideario proclamado en el congreso de los socialistas en una sola frase: «En el PSOE, lealtad por toda regla…».
A poco que se analice la frasecita le dan a uno más escalofríos que a Sánchez pensando en la moción de confianza. Es la más pura expresión del totalitarismo. Pide que en el PSOE no haya más norma ni principio que la lealtad, se haga lo que se haga. Y a fe que lo practicaron aclamando a Chaves y Griñán en el congreso, a fin y al cabo «solo» malversaron 680 millones de euros y además, por mucho que diga el Tribunal Supremo, su «primo el de zumosol», Conde Pumpido, bajo cuya toga todo está bien…