A veces, uno nunca sabe dónde está la realidad y dónde la fantasía. Ni siquiera cuando hablamos de espiritualidad como camino de fe o sentimiento de apoyo. Recuerdo siempre la película 'El Exorcista' por la huella que dejase en el colectivo popular y ahora, en estos tiempos de descostura más que costura –como diría la escritora María Dueñas-, nos vienen las monjas de Belorado en Burgos y la llegada de ese 'Maligno' cuando las visita.
Estas monjitas cismáticas, cuyo protagonismo alcanzó noticia nacional hace un tiempo, siguen estando ahí para demostrar que no solo son fieles guardianas de la fe, sino que además, estas clarisas sufren fenómenos extraños que no saben descifrar y a costa de ese lío endiablado que ahora protagonizan.
Dicen que las psicofonías son grabaciones de supuestas voces de seres fallecidos o entidades sobrenaturales; o tal vez, algo parecido a lo que sucediera hace años, cuando aquel nido de lechuzas provocó en Cañete, la atención de medios de comunicación nacionales y la llegada de visitantes foráneos y personas extrañas para desentrañar algo que parecía salir de las entrañas de aquel castillo medieval arruinado. Un nido y punto. Pero todos decían que se oían psicofonías…
Desde una perspectiva científica, las psicofonías pueden atribuirse a varias explicaciones racionales y sesgos cognitivos. Uno de los factores más influyentes es el fenómeno conocido como «pareidolia auditiva», que describe nuestra tendencia a percibir patrones significativos en señales aleatorias. Nuestro cerebro está cableado para reconocer voces humanas y buscar significado en los sonidos, incluso si no hay una fuente real.
Este fenómeno paranormal con voces masculinas, femeninas, juveniles, seniles o infantiles, que anuncian contenidos significativos y diálogos pueden ser productos propios de esa citada pareidolia auditiva o apofenía –que no es más que encontrar significados en hechos insignificantes-.
Por eso, Satán lo sabe y como lo sabe, quiere asustar –con sus visitas- a unas monjas que han decidido protagonizar su propio escándalo, con sus elucubraciones espirituales, su ruptura con el Papado y sus mecanismos de supervivencia entre las paredes de un convento que –ya no es su hogar- pero que siguen habitándolo ¡Dios mío, adónde vamos a llegar!
La España mágica o la España insólita; ¡cuánto nos gusta provocar 'entuertos' y 'desentuertos', mientras el paro sigue, los precios suben, la guerra se acrecienta y la crisis galopa!