El haber postergado el estudio de los clásicos de nuestro sistema educativo supone que las nuevas generaciones se alejan del conocimiento de principios que deberían formar parte de su educación. Bueno sería que la obra de Platón y la de Aristóteles sirviera de base para el debate y conocimiento de cómo se debe trabajar a favor de tener una sociedad 'ordenada' con normas y reglas.
Puede llamar la atención que 350 años a.C., Aristóteles dijera en su obra 'La Política': «Está claro entonces que la mejor asociación en un Estado es la que opera a través de la gente media, y también que aquellos estados en los que el elemento medio es grande, y más fuerte si es posible que los otros dos juntos, o en cualquier caso más fuerte que cualquiera de ellos solo, tienen todas las posibilidades de tener una constitución bien administrada».
Si extrapolamos dicha oración a nuestro tiempo, vemos que nos viene a decir que una sociedad con una clase media fuerte y numerosa es la que da estabilidad, frente a aquella en que se imponen los extremos. Analizando los últimos 120 años de la Historia de Europa, vemos cómo los periodos en los que «el elemento medio es grande, y más fuerte que los otros dos juntos», Europa ha atravesado por periodos de estabilidad y crecimiento. Mientras que, en aquellos momentos en que los extremos se han impuesto, se han atravesado periodos de conflicto.
La primera Guerra Mundial fue una clara muestra del despropósito de la búsqueda de una confrontación. El periodo entreguerras, de poco más de una década, solo generó la mayor tensión vivida en Europa que derivó en la Segunda Guerra Mundial. Al término de esta, y bajo el liderazgo de europeístas convencidos, se da comienzo a la construcción de las instituciones europeas a las que España se incorpora en los años 80. Consciente Europa de todo lo sucedido, en su Parlamento se adopta el acuerdo de condenar a los regímenes fascistas y comunistas que fueron responsables de los mayores genocidios del siglo XX. Hoy Europa, por desgracia, tiende de nuevo a radicalizarse con la presencia en sus gobiernos, de partidos de extrema izquierda y de extrema derecha. Ojalá, vuelva el sentido común y se tienda a la centralidad en los Gobiernos.