Llevamos una racha en la que, ante la falta de recursos para defenderse ante una acusación, o simplemente para desviar la atención sobre los fallos propios, se recurre al «y tú más» con demasiada frecuencia. Ejemplos tenemos demasiados en el debate político. Sin asumir la realidad de los hechos que se pueden imputar a unos o a otros, la respuesta se basa en acusar al contrario de los que este hace, o a hecho, sin que se dé respuesta a la denuncia presentada, o se argumente debidamente el por qué se actuó de determinada manera. El ejemplo (mal ejemplo) que se está dando con el debate sobre la corrupción destapada en un grupo de personas e instituciones por la adquisición de mascarillas en los arranques de la pandemia, pone de manifiesto hasta qué punto la corrupción está enquistada en el funcionamiento de responsables políticos. Que se aprovechen de la situación de urgencia en la obtención de mascarillas y otros útiles para minimizar los riesgos vividos durante la pandemia, debería dar vergüenza a todos y sería necesario que se atacara lo sucedido sin entrar en juegos de salón. Pero volvemos a ver cómo el «y tú más» es el recurso al que se acogen para intentar desviar la atención sobre el foco del problema. La falta de controles, la facilidad con la que se deja actuar a personas por el mero hecho de que «son de los nuestros». 
La desidia en poner los recursos necesarios para atajar el daño causado y asumir las responsabilidades políticas derivadas de los hechos que ya conocemos. Da vergüenza ver cómo se escudan en el «y tú más» en lugar de ponerse al servicio de la Justicia para aclarar unos hechos que no tienen disculpa alguna. Y seria ejemplar que hubiera dimisiones de aquellos máximos responsables de las Instituciones afectadas. Recuerdo cómo, en mis comienzos profesionales, disculpaba un error cometido por mi empresa, volcando las culpas en un subalterno de mínimo nivel en la escala jerárquica. La respuesta que me dio el cliente se me quedó grabada, "acabas de cometer otro error, la culpa es tuya por presentarte aquí culpando a otro, la culpa la tienes tú". Creo no haberme disculpado jamás echando la culpa a alguien que de mi dependiera, sin antes haber adoptado las medidas pertinentes y asumiendo yo toda la responsabilidad.