Globalcaja organizó ayer en Albacete con éxito sobresaliente un desayuno informativo en el que la protagonista fue la gobernadora del Banco de España en funciones, Margarita Delgado. A lo largo de su exposición, demostró sobrada cabeza e inteligencia en aquellos aspectos concernientes a la economía española, europea y mundial. Ella fue nombrada subgobernadora hace seis años y desde la marcha de Hernández de Cos ha asumido el papel principal en el más importante órgano económico de nuestro país. Las preguntas que los asistentes lanzaron fueron interesantes y oportunas. La propia gobernadora comentó al final del acto que el nivel había sido altísimo. Lo cierto es que su mandato también expira dentro de poco y habrán de ponerse de acuerdo gobierno y oposición para determinar los próximos nombramientos. Es tradición que en este ámbito, suela llevar el gobierno la voz cantante a la hora de nombrar al gobernador y se ceda a la oposición la designación del subgobernador. Sea como fuere, esta semana es esperanzadora para quienes creemos en el consenso como la vía más fructífera para hacer política. Si se ha renovado el CGPJ, por qué no podrá serlo igualmente el Banco de España, Radio Televisión Española o el propio CIS del vitriólico Tezanos.
Margarita Delgado demostró solvencia, rigor y conocimiento de los datos. Por eso pensé que podría ser una magnífica gobernadora del Banco de España no en funciones, sino ya de manera definitiva. Sería la primera vez que ese organismo fuese presidido por una mujer, lo que también supondría un paso más en la lucha que sigue viva en el siglo XXI, la de la igualdad real y efectiva entre los hombres y las mujeres. No tanto en derechos teóricos sino fácticos. Y es que los órganos de poder siguen colmados por hombres mientras que a las mujeres les cuesta un mundo llegar a mandar o gobernar. Ahí es donde debe dar el callo el feminismo, donde hay un vasto campo en el que progresar.
La gobernadora dejó magnífica impresión en un Antiguo Casino Primitivo lleno hasta la bandera. Su agenda es endiablada, pero no pierde en ningún momento la cercanía y proximidad. Le pregunté por las hipotecas variables o fijas y no quiso mojarse, sabedora de que cualquier palabra suya en un sentido u otro puede interpretarse de mil maneras. La economía española crece, pero muestra síntomas de atonía, mientras el pequeño y mediano empresario sufre demasiado. El ajuste fiscal que se avizora tiene que venir no sólo por los ingresos, sino fundamentalmente por el gasto. De ahí que determinadas singularidades que se propugnan a cambio de votos produzcan cierto sonrojo. Sancho, cuando fue nombrado gobernador de la ínsula de Barataria, no hacía más que escribir a su mujer. Quizás haya llegado ya cuatro siglos después el verdadero momento de una gobernadora.