Estamos en unos días muy cercanos a las fiestas «más fiestas de todo el año»: la Navidad ya sabemos que se trata de una época en la que el mundo -por lo menos el mundo occidental- cambia el registro cotidiano y hace como que varía un poco la rutina de todo el año.
Hace tiempo que se impuso en la sociedad, la nuestra, la costumbre del regalo, comprar algo a alguien. Así es y de esta manera lo hemos aceptado a lo largo de los años transcurridos. Ignoro si estás fechas tienen algo que ver con ser elegidas las más propias del año para los desembolsos, pero esto de aflojar la cartera es así .
Si quisiera ponerme en plan «profundo y cursi escribiría que además de felicitaciones y parabienes este es el tiempo de aflojarse el bolsillo, para como se decía en aquel viejo eslogan, cumplir con el rito social del regalo. Por cierto que algo como esto no surge de la nada, está pensado y muy pensado. Al parecer un grupo como los Beatles al principio tenían mucho cuidado con que sus discos salieran al mercado lo más cerca posible de las fechas navideñas. Por eso no me extraña nada que se anuncien en estos días la nueva película de Ringo Starr, que fue batería de los de Liverpool. A mí me parece muy bien puesto que soy fanático de los «Fab four» creo que antes de tener uso de razón.
Puede que al leer lo que acabo de escribir alguien piense que tengo por lo menos trescientos años, lo que aunque no sea así, ni me importa ni me ofende.
Desde luego soy cualquier cosa menos un crío.
No voy a recordar sucesos ni acontecimientos que he vivido y de los que he sido testigo directo como la llegada de Armstrog a la Luna o los días libres que dieron en la universidad tras la muerte de Franco. Sin mayores pretensiones creo que estuvo y sigue estando bien cada vez que me acuerdo.
Apropósito siempre me ilusionaron Los Reyes Magos del 6 de enero y sus regalos. Y no Papa Noel.