El fútbol es ese deporte donde la lógica se cruza con la emoción, y donde las derrotas dañan más de lo que deberían. Esta jornada, el CD Toledo vivió un episodio que representa perfectamente esa dualidad.
Pese a seguir enganchado a la parte alta de la clasificación y dar un poco de alegría a la liga y los 'playoff', una mala racha siempre deja cicatrices más profundas y alarmantes de lo deseado. Pero, sin embargo, el fútbol, y su enorme magia, también nos enseña que una sola victoria puede curar esas heridas.
El pasado fin de semana, el CD Toledo logró una victoria que podríamos decir que vale 6 puntos, pero que siendo algo muy bueno, de mucho valor, lamentablemente, con una nueva derrota, volverá a generar dudas. Es el efecto traumático de un deporte donde cada tropiezo parece amenazar con desmoronar todo lo construido.
Esta paradoja es lo que mantiene vivo al fútbol: la capacidad de generar drama en cada jornada y, al mismo tiempo, ofrecer redenciones inmediatas. Por eso, desde mi punto de vista como entrenador, me gustó ver, el pasado domingo, un CD Toledo controlando algunos de los conceptos que reclamábamos semanas atrás debía trabajar y controlar.
En el plano táctico, verticalidad, profundidad y finalización, manteniendo la solidez defensiva. Y en el aspecto psicológico, esa autoexigencia y ambición necesarias para cumplir el objetivo. Ingredientes que metidos en la misma coctelera, con una pizca de afición volcada con el equipo, llevaron al equipo al éxito.
Y sí, meto aquí a la afición. En Toledo, con ese GEN especial que te inocula el Salto del Caballo, los hinchas no solo son el alma del club, sino su motor y el famoso 'jugador número 12' no es un tópico vacío; es una realidad palpable en cada partido del CD Toledo en casa y fuera. Ese aliento es lo que puede convertir un empate en una victoria de penalti en el último minuto contra el que hasta la materialización de esa pena máxima era líder, empresa nada sencilla.
En el terreno de juego, los jugadores son los protagonistas sin duda, pero es la afición la que da sentido a todo como siempre dice el mister. Y es esa conexión la que marca la diferencia y te da un plus que puede significar una liga, un ascenso y la felicidad compartida.
Por eso, cuando la plantilla del CD Toledo salte al campo cada partido, empezando por este domingo, debe tener muy claro que no solo competirá por tres puntos. Jugará por devolverle a su afición ese extra que les da la energía para salir del bache o una mala racha, y que juntos, pueden superar cualquier obstáculo. Cada vez tengo más claro que en este deporte, lo más valioso no se mide en goles, sino en la lealtad de quienes lo sienten como una forma de vida.