Miguel Ángel Dionisio

El torreón de San Martín

Miguel Ángel Dionisio


Dos buenos curas

15/11/2023

En estos momentos de incertidumbre, cuando parece que tanto el panorama nacional como el internacional se llenan de confusión, son más necesarios que nunca signos que nos hablen de esperanza, de bondad, de capacidad de salir del propio yo, de entrega generosa; que nos recuerden que, a pesar de todo, el ser humano es capaz también de lo mejor. Son, quizá, pequeñas luces, pero que impiden que la oscuridad acabe ahogándonos.
Estos días podemos evocar dos figuras que nos hablan de todo ello. Ambas tienen en común que fueron sacerdotes y ambas comparten el recuerdo y la memoria agradecida de quienes les conocieron. En primer lugar quiero rememorar a alguien de quien ya les he hablado en varias ocasiones desde este torreón. Se trata del siervo de Dios Martín Martín Martín-Tereso, de quien el pasado sábado 11, día de san Martín de Tours, se celebraba el centenario de su nacimiento, un acontecimiento que congregó masivamente a sus paisanos de Sonseca en una iglesia parroquial de San Juan Evangelista que quedó pequeña ante la gran cantidad de sonsecanos que se quisieron unir a la Eucaristía presidida por el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves. Un momento entrañable, en el que se agradeció la vida de un hombre que entregó su existencia al servicio de los demás, especialmente de los pobres, los enfermos, los ancianos; siempre con alegría, con una dedicación que no conocía horarios y que ha hecho que las gentes de Tucumán, ciudad argentina donde desarrolló sus últimos años de ministerio, y entre las que creció su fama de santidad, pidieran, y así ha ocurrido, que comenzara su proceso de beatificación.
El otro personaje ha sido alguien muy conocido en Toledo, pero de quien, por desgracia, se va borrando la memoria poco a poco e injustamente, dada la extraordinaria labor que realizó, muchas veces pionera, primero en la parroquia de Orgaz, donde trabajó intensamente en los duros años posteriores a la Guerra Civil, y más tarde en la toledana de Santiago del Arrabal, a la que llegó en 1952. Don Victorio Garrido Mosset. Uno de los mejores curas que ha tenido la diócesis de Toledo en el siglo XX. Modelo de buen sacerdote, atento a las corrientes pastorales que en los años 50 y 60 empezaban a renovar con nuevos aires la Iglesia en Europa. En 1953 fundó una institución educativa, el Colegio parroquial Santiago el Mayor, con el objetivo de paliar los graves problemas de escolarización existentes en aquellos años en los barrios de la Antequeruela y Las Covachuelas. Asimismo, llevó a cabo la restauración de la iglesia parroquial. Hoy, 15 de noviembre, se cumplen los quince años de su fallecimiento. Un buen momento para reivindicar su memoria.
Don Martín y don Victorio nos muestran como una vida entregada a los demás siempre vale la pena. Aunque pase desapercibida. Porque el ruido no hace bien, y el Bien no hace ruido.