El segundo año de legislatura de Pedro Sánchez arranca en el MAPA (Ministerio de Agricultura) con un gran cambio en la estructura de mando que todo el sector va a notar desde hoy mismo: la salida del organigrama del talaverano, Fernando Miranda, que hasta el pasado jueves, ha ejercido como secretario general de Recursos Agrícolas. Ahora trabajará en Ginebra (Suiza) como consejero de Agricultura, Pesca y Alimentación en la misión permanente de España ante la oficina de las Naciones Unidas (ONU) y otras organizaciones internacionales como la OMC.
Su marcha era muy probablemente inevitable por voluntad propia. Llevaba tiempo pidiendo un cambio después de muchos años en primera línea con altas responsabilidades junto a varios ministros y ministras del Partido Popular y del Partido Socialista, un hito en la historia de la política de nuestro país, muy pocas veces visto y disfrutado por el sector, cuando el valor de la persona, también de su discreción y lealtad, pero desde luego su prestigio, conocimiento y experiencia, están por encima de cualquier tentación sectaria. Esto, lamentablemente no es habitual, lo que igualmente habla de la altura de este funcionario de carrera, ingeniero agrónomo por la Universidad de Castilla-La Mancha en la Escuela Superior de Albacete (1999) y con gran arraigo en la ciudad de la cerámica a la que llegó con menos de un año de edad, al mudarse sus padres desde el municipio soriano de San Esteban de Gormaz, donde nació.
Miranda, tras muchos años en varias subdirecciones del Ministerio fue presidente del FEGA (Fondo Español de Garantía Agraria) desde 2006 a 2014 con ministras como Elena Espinosa (PSOE) y Rosa Aguilar (PSOE); También fue director general con Miguel Arias Cañete (PP) y con Isabel García Tejerina (PP), hasta que después, con la llegada de Luis Planas (PSOE) al MAPA, fue designado por este como secretario general de Agricultura, el puesto ejecutivo clave en la cúpula ministerial.
Ese nombramiento supuso el refrendo definitivo de su perfil de alto funcionario, técnico impecable, convertiéndose en la persona de máxima confianza del mandatario cordobés con quien -al parecer- ya fraguó una buena relación cuando fue consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía.
Tras las elecciones del 23J, sin embargo, Moncloa exigió la creación de una Secretaría de Estado en el departamento de Atocha, lo que obligó a hacer un reajuste en las secretarías para dar cabida a la extremeña Begoña García Bernal que fue consejera del ramo en Extremadura con el socialista Guillermo Fernández Vara. Muy probablemente, el puesto hubiera podido ser para Miranda Sotillos, pero el nombramiento venía dado desde el Palacio.
De hecho, Planas acotó las competencias de García Bernal a la política de desarrollo rural, manteniendo gran parte del poder del Ministerio en manos de Miranda, algo que no ha pasado desapercibido durante estos meses para el sector y sus organizaciones agrarias, por el rango mayor que normalmente tiene una secretaría como esta en cualquier ministerio.
Y tanto es así que hasta el martes pasado no se ha elevado a Consejo de Ministros el real decreto que desarrolla la estructura orgánica básica del MAPA, con el diseño de la organización interna de los órganos superiores y directivos, así como el reparto de las funciones por la incorporación de más cambios. Tal y como reza el texto, "es órgano superior la Secretaría de Estado de Agricultura y Alimentación -bajo la dependencia directa del ministro-, pero también la secretaría general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria que en este último año llevaba Miranda y que ahora dirigirá Ana Rodríguez, otra de las personas más experimentadas en política agraria, colaboradora del talaverano, y de máxima confianza del Ministro.
Este real decreto deja claro que la Secretaría de Estado es "reflejo de la importancia estratégica que el sector tiene para el Gobierno" con funciones relacionadas con el impulso del Desarrollo Rural a la que se adscribe ahora la dirección general de Isabel Bombal, aunque creando una nueva "división de formación Agroalimentaria y Asuntos Horizontales".
Sin embargo, también refuerza la secretaría de Ana Rodríguez, al añadir una nueva subdirección general de Laboratorios de Sanidad Animal y Vegetal, así como una "división de Bienestar Animal".
Miranda Sotillos (1967) se va a Ginebra y es pronto para saber cómo y en qué condiciones volverá a algún día. Si en todo este tiempo demostró el valor del conocimiento en la Administración General del Estado, ningún partido podrá decir nunca que no hay cantera para apostar por el saber.