Carlos Rodrigo

Entre columnas

Carlos Rodrigo


No es país para funcionarios

21/10/2024

Reconozco que soy defensor de la cosa pública. Eso que coloquialmente llamamos funcionariado y que más correctamente denominamos empleados públicos. Una amalgama de personal funcionario, laboral, estatutario… que finalmente cobra del erario público estatal, autonómico o local.
Llevamos un tiempo con estabilizaciones de temporales e interinos, ofertas de empleo público… en el caso de la región principalmente enfocadas a maestros, SESCAM, propia JCCM como paraguas de todo, que hace que oigamos, con más recurrencia de la habitual, aquello de que somos una región, un país si quieren, de funcionarios.
Cuando en el imaginario colectivo aparece esta frase lo solemos tomar como sinónimo de un país mastodonte, poco emprendedor, acomodado en su molicie, mal engrasado o con excesiva grasa, según se mire.
Si yo les digo que los países con más empleados públicos de Europa son Grecia, Italia, España y los que más menos son Alemania y Noruega, posiblemente se la cuele. Pero no es así. 
Si en un 'trivial' nos preguntan qué posición ocupa España en cuanto a ranking de empleo público respecto a Europa, todos nos moveríamos entre el 1 y el 5, sin ninguna duda, y nadie hablaría del puesto 25 que realmente ocupamos.
En Noruega casi uno de cada tres personas es funcionaria. En Suecia hablamos de un 29%. Dinamarca un 28%, Finlandia un 25%, Canadá cerca del 20. La media mundial es del 17,91% y España anda por el 15,50 entre Reino Unido y Estados Unidos. España tiene menos funcionarios que Reino Unido, más menos los que Estados Unidos, y está por debajo de la media mundial.
Reconozcan que esta opción nos la ponen en un test de oposición como la correcta y no solo es que no la acertamos es que además la impugnamos.
Entiendo que esto, como todo, es una cuestión de perspectiva, y que habrá a quien le falten funcionarios y a quien le sobren. Claro que hay vagos y enchufados, como en todos lados. En la privada también los hay y algunos cobran como diez funcionarios juntos y además tienen mucha influencia. Que hay quien trabaja por tres y con un estrés incontestable, sobre todo en servicios deficitarios del Sepe y del Sescam, por decir dos, mientras hay quien está en un despacho cobrando el doble, sin oposición, ni funciones claramente definidas. Por cierto, si es usted de los trabajadores por tres no pierda la esperanza, recuerde que el Ayuntamiento de León indemnizará con 150.000 euros a un funcionario que ejerció como abogado de la asesoría jurídica del Consistorio por sobrecarga de trabajo ocho años. 
Claro que la cosa es susceptible de mejorar. La Administración es un ente perverso con situaciones kafkianas y sonrojantes como que un juez interino se perpetúe habiendo aprobado no más que test hace años, o un estatutario temporal ejerza de coordinador médico de centros de salud…
Corresponde a esos políticos, que ingenuamente les compramos que se autodenominen 'los primeros interinos' y que tantos cuatrienios llevan acumulados, mejorarlo y a nosotros exigirlo sin obviar, por favor, la meritocracia.