¿Alguien hoy día se puede creer que existen bebidas afrodisíacas? Pues algunos sujetos y algunas sujetas piensan que sí, los y las más creo yo, sí que piensan que esto de las bebidas afrodisíacas si son de verdad; pero en realidad son más esos sujetos y esas sujetas, los y las que piensan que, para ciertos aspectos, sobre todo los que atañen a eso que da tanto placer y gusto, y que realmente es el objeto y el motor del mundo, me refiero al sexo, existan muchas bebidas y demás «cosas» afrodisíacas. Muchas personas de ambos sexos y de cierta edad, lo que hace años se llamaba mediana edad, son también las que actúan en cuanto al sexo, con ciertos elementos que sean algo afrodisíacos, pero también ocurren estas cuestiones a personas de edad más joven, más de lo que podamos creer, personas cada vez más jóvenes que, por su única focalización actual hacia la coyuntura de estar en plano sexo todo el tiempo, más del debido, o el necesario. Debido a que, en estos nuevos tiempos, la experimentación en esto del sexo, es continua y permanente, me refiero en cuanto a lo de la experimentación, no al estudio exhaustivo o académico, ¡nooo! Me refiero a lo de la experimentación en cuanto a lo de dar gusto, eso del «gustirrinín», que da eso de la práctica continua del sexo, o mejor aún la práctica continuada y permanente, en todo momento y situación, como una necesidad única, como algo inevitable, como lo de tener que bombear sangre continuamente. Además, muchos sujetos y muchas sujetas ven, de alguna manera, que el vino pueda ser un buen acompañante en los momentos de cierto tono erótico-romántico, para pasar rápidamente al elemento más práctico y más explícito. Hay muchos expertos y muchas expertas del campo de la sexología, es decir, sexólogos y sexólogas que, por supuesto, de sexo y la sexualidad saben mucho más que yo, pero, en mi caso, como supongo que es el de la mayoría, humildemente solo sé de esto de la sexualidad y del sexo, lo que buena o malamente he hecho o se me ha dejado hacer, con o sin vino. Por ello, los expertos y expertas de la sexualidad, es decir, los que saben de sexología, nos dan una serie de recomendaciones, en cuanto a esto, de las ayudas afrodisíacas para despertar la pasión o encender el deseo. Entre estos consejos, está lo que tiene de afrodisíaco el vino, como ya se sabe, el vino es parte importante en la mitología griega, que esto de lo afrodisíaco del vino también afectaba al propio dios del vino Dionisio: «si hay amor, el vino es fuego». Pero, honestamente creo que el dios del vino, no se refiere al amor, sino más bien al sexo, que es lo que, en verdad, muchos y muchas pensamos cuando estamos en esos momentos tan «románticos», y que tanto en apariencia hacemos, pero con el verdadero pensamiento del hecho sencillamente carnal. Y el dios Dionisio, cuando se refiere a eso de «el vino es fuego», en verdad el dios se refiere al entusiasmo que el vino pueda aportar, para calentar más el fuego del frenesí de la pasión carnal, que es el sexo, que sin tomar vino seguro se daría también, pero no sería tan «luxuri».