No nos engañemos, elegir bando en la guerra entre Israel e Irán implica decantarse por una civilización o por otra, por Occidente o por las repúblicas teocráticas.
Y como las dictaduras islámicas son acérrimas enemigas de todo lo occidental, donde impera la economía de mercado, la libertad de expresión, la libertad de culto, la igualdad de derechos de las mujeres, el respeto a la diversidad de sexo, la libertad y los derechos humanos, a esas dictaduras se le une, paradójicamente, otro gran enemigo de todo lo anterior; el 'chupipiruli' comunismo 'woke' internacional, que actúa en los países capitalistas y libres entregando banderitas de Palestina a los progres de salón, pequeñoburgueses de 'mani' de fin de semana con aspiraciones a ser funcionarios, con coche, pisito, apartamento en la playa y gin-tonic con los amigos en una terraza soleada, mientras se comenta el asesinato de tropecientos mil niños asesinados por Israel, según el recuento diario que Àngels Barceló les hace por la mañana. Luego por la noche, como era de esperar, no pegan ojo pensando en los niños, en la subida del IPC, en el coste de la gasolina, en los inmigrantes, en los indios mexicas y en la paz del mundo.
Lo peor de todo es que cualquiera de ellos podría haber estado perfectamente divirtiéndose, bailando y bebiendo, en lógico comportamiento acorde y habitual con su cultura occidental, en el festival que Hamás, con el auspicio de Irán, convirtió en un infierno el 7 de octubre de 2023, en el que asesinaron a 1.200 personas y más de 200 fueron tomadas como rehenes. Aun así, como cualquier postura y opinión ante la vida, todo eso que acabo de relatar sería respetable y llevadero por mi parte, y si me pongo tan contundente es por sus hipócritas homilías de moralina de púlpito decimonónico que tenemos que soportar los desalmados fascistas que nos mostramos abiertamente partidarios de nuestra civilización occidental, por mucho que lo hagamos con espíritu crítico y constructivo, conscientes de que todavía hay mucho que mejorar.
Para que se me entienda bien, las 1.800 toneladas de bombas explosivas y de material incendiario que los aliados lanzaron sobre la ciudad alemana de Dresde en la Segunda Guerra Mundial, ocasionando la muerte de más de 25.000 civiles alemanes, no nos puede arrojar a los brazos del nazismo y a justificar sus fechorías, pese a estar convencidos de que aquel bombardeo por parte de británicos y estadounidenses fue innecesario, cruel y vergonzoso.
El concepto de los derechos humanos nace de la llamada cultura o civilización occidental, donde se establece una clara separación entre Estado y religión, donde rige el imperio de la ley y el Estado de derecho, derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición.
Para elegir bando basta hacer un sencillo repaso y observar qué países defienden a Irán, hacerse un esquema serio, objetivo, mentalmente ordenado y coherente con la vida que cada uno pretende llevar.