Todos nos hemos echado a la calle a celebrar, bueno, casi todos, con el éxito futbolístico de la Selección Española y, de paso, del nuevo ciclón del tenis.
Pero lo más llamativo del proceso ha sido las estruendosas ruedas de prensa del seleccionador nacional, Luis de la Fuente. Estruendo por la falta de escándalo, por la ausencia de enfrentamiento o crítica, porque ha demostrado ser un hombre sensato, tranquilo, normal, un sabedor de la discreción y del silencio.
Ha sabido trabajar, ha sabido callar cuando ha tenido que demostrar lo que ha hecho falta, que el fruto del trabajo tiene su recompensa. Pero en la concentración le han intentado buscar las cosquillas relacionadas con su Fe, con su cristianismo católico y practicante, y alguno ha habido que ha pretendido hacer mella en la validez de su trabajo por esas declaraciones.
Él solo ha pedido respeto. ¡Qué diferencia! Otro habría soltado algún respingo y él solo dijo lo que muchos callamos por ¿vergüenza? Por ese miserable "qué diran" cuando sólo es llevarlo con respeto y elegido con libertad. 
Pero la Fe , como decía no es superstición. Persianas con la señal de la cruz no es tampoco una sacudida de nervios. Sólo pedía el mismo respeto que él tiene por los demás, que así lo tengan con él. 
Lo podemos extrapolar a todos los empleos y todos los lugares de nuestro planeta. Se puede tener Fe, y no tienes por qué ser señalado por ello. Puedes ser trabajador y profesional y, además, humilde, discreto y obtener buenos resultados.
Que el ser trabajador, anegado, esforzado e implicado con lo tuyo y con los tuyos, con tus responsabilidades y tu prójimo, eso que no sea nunca razón para que a uno lo señalen, sino para ser imitado.
Está claro que nunca sale bien eso de ser profeta en tu tierra pero al menos que no perdamos nunca de vista que la libertad para elegir tener Fe y ser católico y practicante y poderlo expresar abiertamente sin que a uno le tengan que señalar negativamente por ello.
Enhorabuena a Luis de la Fuente y a su equipazo por su compromiso y por lo conseguido de manera Coral y en equipo. Una satisfacción para seguir trabajando hasta la próxima que les toque actuar.