Para conocer lo que son las «cosas» y por ello, saber hablar de lo que, los que hablan y tertulian sobre temas quieren, que el resto acabemos hablando a modo de mentidero, pero a un nivel más bajo que el básico, lo que se entiende de «hablar por hablar», cuando en realidad lo que cada uno de nosotros, yo el primero, deberíamos callar mucho más. Por consiguiente, ser prudentes en las muchas palabras, escuchar y no decir nada si no se sabe de los asuntos que se tratan, pero, en este estado de «pseudo democracia y/o (controlada y delimitada) libertad», que estamos soportando, se nos permite (hasta cierto límite, cada vez más «límites») tan solo, eso de opinar, y como la opinión según nos siguen diciendo los que nos dicen que nos mandan, «los padres de la patria», que podemos todos opinar, pues eso, a opinar. Pero, hay que tener en cuenta que la opinión, dentro de los niveles intelectuales, con toda franqueza, y por lo que he ido experimentando, es el punto más bajo de la inteligencia humana, porque aquí toda opinión vale. Pero, realmente esa opinión que cualquiera, como la que yo hago, y en concreto a más, esta opinión, en verdad es como balido de oveja o rebuzno de asno, aún peor es tan inútil como un grito en la Luna, pues, allí cualquier grito o sonido es inaudible, por lo que tengo entendido. Cualquier opinión de cualquier tema, si no se tiene conocimiento de ello, pues es en verdad inútil, tan inútil como las músicas y diálogos que podían tener los neandertales entre ellos, y que no sabemos a ciencia cierta, como podrían sonar aquellas voces, porque ya no las hemos podido escuchar. En resumen, a mi patético y mentalmente paleto juicio, el opinar sin saber nada de nada, como ignorantes, es lo que se quiere que se haga, por ello, en mi caso, eso de opinar sin saber nada de nada es lo que realizo, de una manera constante y ya experimentada, y así yo lo estoy haciendo. Porque en esta realidad actual de esta modernidad del siglo XXI, somos unos ignorantes, la inmensa mayoría, ínsito, francamente yo soy el primero y el mayor ignorante de los que conozco. En este punto, y por las circunstancias de las cuales quien quiera que sea quiere que vivamos así, con las informaciones «sesgadas» que solo interesan que sean esas, para así tenernos sometidos, por ser ignorantes a unos actos, pensamientos, o movimientos, de los cuales en realidad no tengamos que salirnos, siempre eso sí, en el marco de la libertad, pero, libertad controlada, como en la película de 'The Truman Show' (1998). Así en la actualidad, en nuestro pequeño y cercano mundo de nuestro diario vivir, en nuestra cercana realidad geográfica, para la vida diaria, por ejemplo, en Marrupe, Turleque o Puerto Rey, nos bombardean las informaciones (interesadas y dirigidas) con temas como la guerra de únicamente un sitio, los aranceles, o los problemas internos de los intereses «personales» de personas muy ajenas a nuestra vida y…