Sánchez es un guiñapo en manos de los separatistas. Viste de victoria lo que no es sino una continua rendición e ir de rodillazo en rodillazo y arrastrándose ante Puigdemont que lo lleva del ramal y por donde le place. La del jueves ha sido tan solo la última de una larga lista a la que habrá de añadir muchas otras, cada vez más vergonzosa e indigna. Porque son ahora, y bien claro ha quedado, los delincuentes quienes dictan las leyes y seguirán dictando al pelele de Moncloa lo que ha de ir haciendo. Pedro Sánchez, por mucha pose enchulada que ponga y mucha carcajada triunfal que exhiba no solo es un prisionero sino que siguiendo la senda de aquel infame rey Fernando VII, le lame gozoso y entregado las botas, al napoleoncillo de Waterloo.
Esa es la realidad. La chulería de Sánchez, la de su banda ministerial y la de sus corifeos mediáticos tan solo es atrezzo, mentira e impostura. Venden como triunfos pomposos lo que solo es sumisión y entrega. Le llaman pacto y dialogo a lo que es bajarse los gayumbos una vez tras otra. Alardean y proclaman con grandes alharacas como maravilla lo que es imposición, chantaje y humillación. Y no solo lo saben sino que era lo que juraban y perjuraban que no harían, esto último ayer mismo, lo que es humillación, derrota y venta. Y al que el tonante caudillo decía y prometió iba traer de las orejas ante la justicia es quien le tiene a él cogido de sus pudendas partes y le hace bailar como a una marioneta. Muy envarada y marioneta, pero nada mas que un títere.
Pero lo terrible y perverso es que el pelele de Puigdemont es quien saca rédito y tajada personal mientras que los vendidos y pisoteados, somos nosotros, los españoles y la que se desguaza es nuestra patria, nuestros derechos, nuestra dignidad y nuestras leyes.
Lo hacen entre ambos. Los en pos de su objetivo confeso y proclamado de desguazar nuestra nación con desprecio y los otros con desvergüenza creciente por la única y exclusiva razón de les dejen seguir ocupando la Moncloa. Y les van a dejar, claro, porque ese es su gran chollo, su milagro, porque ese Sánchez, débil y entregado, es su instrumento, su mejor baza, no hay nada mejor para ellos ni más productivo que su miserable ambición de permanecer en el poder al precio que sea.
Esa es la verdad y lo demás son patrañas y declamaciones mendaces. Y nada lo demuestra mejor que sus proclamas de ayer mismo a grito pelado desgañitándose y diciendo, que lo que hoy ejecutan, eran aberraciones atroces y que jamas las permitirían. Y lo mas grotesco es que pretendan convencernos que lo están haciendo por nuestro bien, limpiamente, por convicción y el interés de todos. Pero en verdad lo perpetran y pretenden colarlo con el mayor de los cuajos e insultando cualquier inteligencia es porque les ha funcionado, porque han engañado a muchos y todavía lo hacen y se tragan lo que les echen por que son de 'los suyos' sin darse cuenta que el sanchismo tan solo es y hace es por ellos mismos, su caudillo y sus gardingos.
Sin embargo, y esto es lo que empieza a ventearse en el aire, que cada vez menos. Y puede que de manera cada vez mas rápida y creciente. Porque lo de la bochornosa aministía a la carta.- rectificada ahora aún mas a su gusto de los delincuentes para blindar sus delitos y señalar a quienes defendieron la Constitución y las leyes como culpables no va a solapar el inmenso montón de porquería y zurraspas que ha empezado a descubrirse, que ha comenzado con matón de bar de alterne pero ya toca a la puerta de la alcoba de Moncloa, sino que va a unir a el sus aguas fecales y alcanzar proporciones de una inundación de mierda.
Quizás y bien mirado, Sánchez y su recua, no solo están amnistiando y blindado a Puigdemont y su tropa sino también a ellos mismos, pues si caen del poder su inmediato futuro para unos y para otros iba a ser muy negro. Así que unos, cuanto mas débil mejor, chantaje a chantaje lo mantendrán sin dejar que se caiga y los otros sabiendo que la caída sería un desplome de tal magnitud que no iba a quedar de ellos ni las raspas, se agarrarán al clavo ardiendo aunque se abrasen. Pero ya empieza a oler a socarrina. Desde febrero y cada vez mas. No se cuanto durará todo ello, puede que sea mucho y seguro que el trance va a ser duro, muy, muy duro. Pero empiezo a pensar que al cabo, el final de Pedro Sánchez va a ser malo. Pero que muy malo. Entonces se vera lo que es, que tan solo es un guiñapo.