¿Qué haría un delincuente si tuviera poder? La respuesta es clara: lo primero, abusar de él para beneficiarse y enriquecerse; lo segundo, una ley de amnistía que le protegiera en caso de perder el poder.
No sé si les suenan estas actuaciones por alguna realidad que tengan próxima, pero a mí se me parecen como dos gotas de agua a lo que está haciendo este gobierno con el que los españoles nos estamos autoflagelando (por cierto, tengo que preguntar si puede computar como penitencia, ahora que llega la Semana Santa).
Con lo que se va descubriendo y lo que se deduce de algunas actuaciones, el abuso del poder no deja lugar a dudas. Quizá cuando llegaron al gobierno tenían la intención de limpiar todos los cristales de las estancias gubernamentales, para que se transparentara su forma de gobernar. Pero tuvieron mala suerte, no tenían mayoría y tuvieron que asimilarse a otros grupos del Parlamento que les diera esa mayoría y, para no ofender a exetarras y malversadores, no les quedó otro remedio que mancharse el traje.
Esta y no otra es la razón por la que, con harto dolor de su corazón, los socialistas comisionaron –nunca mejor dicho- al exministro Ábalos, a la presidente del Congreso doña Francesca Lluc Armengol, entre otros ilustres, para que aprovecharan la ocasión que les brindaba la pandemia y se valieran del tráfico de mascarillas para echarse un lamparón en el traje. El sacrificio de algunos comisionados llegó al punto de gastarse estos fondos en pilinguis, para que sus futuros socios de gobierno vieran que se habían aplicado con ahínco al ejercicio de lo prohibido.
Pero el mayor de los sacrificios lo hizo sin duda Pedro Sánchez, quién tuvo que colocar, nada menos que a su esposa, para ayudar en la presentación de las gabelas que él tendría que aprobar después como presidente del gobierno. ¿Se pueden imaginar lo que debió suponer para una persona tan recta, austera y amante de la verdad como don Pedro, tener que salpicar de inmundicia a su propia esposa.? Hecho esto ya no les cupo ninguna duda a sus socios de que todos necesitaban una amnistía y aceptaron la coalición.
Como decíamos, lo segundo que les queda por hacer es la ley de amnistía. Porque son conocedores de la mala baba que se gastan algunos miembros de la judicatura, que, aunque estén en cuadro y se les salgan los legajos por la ventana (ahora del ordenador) siguen y siguen con tal de aguarles la fiesta.
Está claro que la ley es compleja, tanto como su historial de deslices, y por ello llevan tanto tiempo dándole vueltas. Yo creo que al final optarán por el modelo 'urbi et orbi' que, aunque les salga un poco más cara en escándalo, les garantiza la impunidad. Saben que lo más claro y contundente es lo que se entiende mejor y en vez de estar regulando si fue de noche y por la espalda o si lo hicieron por la patria,,,, lo mejor es declarar 'intocables' a toda la cuadrilla, dotándoles de un carnet en que así conste. Con eso y la cara redonda del Fiscal General don Álvaro Ortiz y la mano siniestra de don Cándido Conde-Pumpido, no habrá quién los tosa. Con ello completan su programa… no me digan que no lo esperaban…