Toledanos de cine (y XIX)

José García Cano
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Ana Luciano Divis nació en la ciudad de Toledo, a las 17:15 de la tarde de un trece de octubre de 1900, hija de Amalio Luciano Expósito, militar natural de Jaén y de Carmen Divis Ruiz nacida en Albalat dels Sorells (Valencia)

Toledanos de cine (y XIX)

En la última entrega (de momento) de nuestros toledanos de cine, vamos a recuperar a una artista que nos va a conectar el Toledo de primeros de siglo, con la ciudad de los tangos por excelencia: Buenos Aires. De hecho, podríamos haber iniciado estas líneas con la letra de aquel tango que decía: «Siglo veinte, cambalache, problemático y febril, el que no llora no mama y el que no afana es un gil…» La razón es que el autor de este fantástico tango fue el marido de nuestra protagonista y quizá uno de los mejores autores de tango de la historia: Enrique Santos Discépolo. Pero vayamos por partes; Ana Luciano Divis nació en la ciudad de Toledo, a las 17:15 de la tarde de un trece de octubre de 1900, hija de Amalio Luciano Expósito, militar natural de Jaén y de Carmen Divis Ruiz nacida en Albalat dels Sorells (Valencia) e hija de Joaquín Divis Rausell y de Carmen Ruiz Tamarit. Queremos insistir en la fecha correcta del nacimiento de Ana, ya que en muchas referencias web y biografías sobre ella, se manejan diferentes años de su nacimiento, quizá motivado porque esta diva del tango nunca dejó clara su verdadera edad y era uno de los secretos que rara vez desveló. Desde muy pequeña Ana demostró su habilidad para el canto y el baile y de mayor cambió su nombre por el de Tania Divis, aunque allá por Argentina la llamaban, como a tantos otros españoles, 'la gallega' o 'la gallega de Toledo'. Ella contaba que el nombre de Tanía fue el de una compañera de origen ruso que tuvo en un colegio de Valencia, con la que participó en obras de teatro y zarzuelas y que adoptaría como propio en su carrera profesional. Por tanto, su primer nombre artístico fue La Lucianito, luego el de Tania Visdi, posteriormente Tania Mexican y finalmente Tania. Sus comienzos en la canción fueron cantando cuplés, tan de moda por entonces, gracias a lo cual le propusieron girar por varias ciudades españolas e incluso visitar París, donde también se dio a conocer. 

Poco después nuestra paisana cruzaría el charco y recalaría en Buenos Aires, donde llegó con una compañía española, integrada por cantantes y bailarines de la época como Teresita España, la Cachabella, Palo Palitos, etc. Por aquel entonces Tania se casó con un famoso bailarín llamado Antonio Fernández, conocido artísticamente como Mexicán, con el que no estuvo demasiado tiempo unida. Se instalaron en Buenos Aires, donde Tania tuvo a una hija llamada también Ana, la cual también siguió la carrera artística con el nombre de Choly Mur, la cual falleció en un fatídico accidente a los 27 años. El Buenos Aires de aquellos años era un hervidero de músicos, compositores, actores y bohemios. Sería en 1927 cuando Tania conoce a Enrique Santos Discépolo, y pocos meses después, ya a principios del año siguiente, vivían juntos, permaneciendo unidos hasta que murió Discépolo (23-12-1951). Se conocieron mientras Enrique trabajaba en el Folies Bergère y allí llegó Tania para cantar tangos, momento en el que los presentó el guitarrista José Razzano, compañero de otro genio como fue Carlos Gardel. No faltaron los escarceos amorosos de Enrique, como el que tuvo en 1946 con la actriz mexicana Raquel Díaz de León, con la que tuvo un hijo llamado Enrique Luis Discépolo, nacido el 21 de abril de 1947 y al que no reconoció como hijo legítimo. Contaba la propia Tania que cierta noche cantó en el cabaret el tango Esta noche me emborracho y al día siguiente Discépolo la mandó flores y bombones, demostrando su aprecio y atracción hacia ella. 

Como curiosidad Tania y Discépolo nunca se casaron, ya que ella se había separado de su marido en Montevideo y no quiso volverse a casar, porque como ellos mismos decían «el pueblo ya nos ha casado» y aunque Enrique le preguntó varias veces a Ana «¿Vos querés casarte?», ella siempre contestaba que no. Como nuestra toledana dijo, «en su vida tuvieron muchas alegrías, muchos éxitos, poca plata…»

Toledanos de cine (y XIX)Toledanos de cine (y XIX)Por lo que respecta a la vida profesional de Tania, se la considera aun hoy como una leyenda del tango, ya que llegó a grabar más de cien de estas canciones, y fue durante muchos años una referencia de la música porteña. Formó parte de varias orquestas como la de Roberto Firpo y Osvaldo Fresnedo, entre otras. No podemos olvidar que también tuvo relación profesional con otros genios del tango argentino como Héctor Stamponi, Azucena Maizani o Mariano Torres. Uno de los primeros éxitos que Tania tuvo en el continente americano fue Fumando espero, que todos evocamos en la voz de Sara Montiel. Además de la faceta musical, Tania trabajó la interpretación sobre todo en el género de la comedia, y por ello la encontramos en tres películas: El pobre Pérez (Luis César Amadori, 1937), Cuatro corazones (Carlos Schlieper y Enrique Santos Discépolo, 1939) y Caprichosa y millonaria (Enrique Santos Discépolo, 1940). En el teatro también hizo varias incursiones, como las obras La perrichona y Mis canciones (ambas de 1932), Wunder Bar (1933) y Winter garden (1935). 

El día 27 de enero de 1935 Discépolo y Tania Divis embarcaron para España junto al resto de integrantes de su espectáculo titulado Historia del tango, con el que recorrieron diversas provincias españolas. Como era de esperar el matrimonio visitó Toledo, lugar de nacimiento de Tania, donde tuvieron un caluroso recibimiento en la plaza de Zocodover, recorriendo después otras provincias españolas, al igual que la capital madrileña donde actuaron en el Palacio de la Música. Tanía también fue declarada Ciudadana Ilustre de la ciudad de Buenos Aires y Personalidad Emérita de la Cultura Argentina. También recibió en el año 1998 un homenaje en la sede de la Asociación de Periodistas de Radio y Televisión. El destino quiso que Ana Luciano Divis (la genial Tania), volviese a Toledo en 1993, aprovechando su visita a Madrid para recibir de manos del rey Juan Carlos la Orden de Isabel la Católica. Tania falleció un 17 de febrero de 1999 a los 98 años, en el mismo lugar que tantos años compartió con Discépolo, entre aquellas paredes que fueron testigos de la vida de dos personas que forjaron la historia del tango argentino, un bonaerense y una toledana nacida en la calle Carreteros, 9.