Las farmacias ubicadas en el Casco Histórico de Toledo han advertido una demanda creciente de Ozempic por parte de los turistas que se adentran en sus establecimientos. Aunque este medicamento solo se puede suministrar con receta, los visitantes de origen extranjero consultan por su disponibilidad. «Muchos extranjeros, sobre todo de Estados Unidos, preguntan si lo tenemos», cuenta la responsable de una botica del barrio monumental.
El uso cada vez más extendido de este medicamento, ideado para el tratamiento de la diabetes pero muy eficaz para la pérdida de peso, ha provocado el desabastecimiento en muchos puntos de venta. «Llevamos dos o tres meses sin existencias», estimaban una de las farmacias del Casco toledano mediada la primera semana del nuevo año. Las dificultades en el suministro de Ozempic perjudican a los pacientes que lo necesitan y a quienes se les ha prescrito por su condición de diabéticos.
Más allá de la explosión en las ventas de esta medicina, en las apotecas de la ciudad ponen el foco en el negocio que supone un remedio milagroso contra la obesidad. «Prefieren otros mercados que no sea el español», aseguran. Los profesionales del sector creen que la empresa danesa que vende el demandado producto se inclina por expedirlo en otros países que pueden pagarlo a precios más elevados, lo que se traduce en mayores beneficios.
«Llegan a cuentagotas; recibimos uno y se vende de inmediato», explican desde otro dispensario del distrito histórico. El efecto del turismo se deja notar en los establecimientos de la parte vieja de la ciudad. Son, principalmente, los estadounidenses quienes más lo reclaman. En el país norteamericano, el uso de este fármaco está muy extendido, aunque su acceso también se topa con dificultades. Por otra parte, algunos de los viajeros procedentes de la primera potencia mundial son también compradores de grandes cantidades de otras referencias, como el protector gástrico Omeprazol.
Las farmacias recuerdan que la única forma para despachar Ozempic es con la prescripción facultativa correspondiente. Al tiempo que advierten de una escasez que se prolonga en el tiempo, señalan los riesgos de hacerse con este producto en un mercado negro al que cualquiera puede acceder, sin exceso de trabas, a través de foros y páginas web.
La gran eclosión del Ozempic se produjo el año pasado, primero tras la pandemia. «En 2023 se vendió muchísimo», relatan en una farmacia toledana. La lista de buenos propósitos por la llegada del nuevo año ha vuelto a disparar la curiosidad de propios y extraños por el medicamento de los milagros.