Con el permiso de otras polémicas, de las que muchos parecen cansados, la vivienda ganando auge en el debate política nacional. Un debate que también está en la calle, y ante el que los toledanos han dado su opinión a La Tribuna. Se quejan del alto precio de la vivienda en general y ven difícil que llegue una solución, no terminan de fiarse demasiado de las propuestas de ninguna parte política, y piden alternativas a los apartamentos turísticos y más vivienda, que puede darse en los inmuebles abandonados del Casco, incluso, en los conventos que se han quedado vacíos y el antiguo Virgen de la Salud.

De las propuestas que ha escuchado Inmaculada para bajar el precio de la vivienda, apunta que todo sería beneficioso «en su término medio». Hay cuestiones, como limitar las compras para los extranjeros, que mejoraría, solo el precio en la costa. A su juicio, «hay que atacar también la España despoblada, nos estamos centrando mucho en las ciudades, pero no tenemos que olvidar los pueblos». Más allá, Inmaculada advierte de que «está bien poner topes a las viviendas, pero también se tiene que tomar medidas en cuestiones como los alimentos o la gasolina, que cuando suben, no vuelven a bajar, nos acostumbramos a pagar más de un euro por el litro de combustible y no baja, igual con la harina, con el aceite... habría que  poner otros límites en los precios, no solo el de la vivienda».

Marcos ha vivido en el Casco histórico y le gustaría volver al barrio, pero advierte que a día de hoy «está complicado». Reconoce que no está siguiendo el debate político en torno a la vivienda, pero él tiene claro lo que haría para mejorar el acceso. En primer lugar, limitaría y regularía la vivienda turística, y mejoraría el precio de las viviendas, «la vivienda turística deberían regularla de alguna manera».

Sagrario por su parte es pesimista, no ve nada fácil bajar los precios de las viviendas, «está un poco enrevesado, y más en el Casco, donde es muy difícil». A su juicio en Toledo hay escasez de vivienda, pero para hacer vivienda, habría que sacar terreno. Lo que Sagrario tiene claro es que la clase política debería dejarse de discusiones en el Congreso y ponerse de acuerdo, «están aquí para atender a la población, no para tirarse piedras unos a otros, deben ir todos a una para beneficiarnos a todos, que para eso los votamos».

Arturo sí ha escuchado las propuestas de uno y otro lado para bajar los precios de la vivienda, pero manifiesta que «no me lo creo, y menos de la derecha, no haga lo mismo que hizo Ana Botella con los fondos buitre». Pero tampoco le convence el Gobierno, «ver para creer». Para facilitar el acceso a la vivienda en Toledo, Arturo recomienda que se ponga a la venta o alquiler todas las viviendas cerradas en el Casco, «obligar a que los arreglen los propietarios, que llevan un montón de años ahí cerrados y sin resolver nada». También se acuerda de los conventos vacíos, y del espacio que ha quedado vacío en el antiguo hospital Virgen de la Salud, «hay que hacer pisos allí también».

Mohamed repite una y otra vez que el precio de la vivienda, como el de los alimentos, no deja de subir «está muy caro todo, sube todo, está al doble», mientras que no están subiendo los sueldos. A él le han pedido 750 euros al mes por un estudio, con dos meses de fianza, lo ve muy caro. En el Casco han subido los precios por culpa del turismo y los apartamentos turísticos, pero también han subido en el Polígono, que es donde hoy vive, desde que allí se instaló el hospital Universitario.