No hay plan que más satisfaga a parejas, familias o grupos de amigos que salir a pasear para ver las luces de Navidad de tu ciudad. Las de Toledo ya es otra historia, con las calles del Casco Histórico repletas de ciudadanos desde que se hace oficial su encendido cada año allá por finales del mes de noviembre. Pero es una tradición que, más allá de que esté ahora en auge, se viene realizando desde hace décadas. O quizá, siglos.
Algunos documentos históricos revelan que la decoración navideña tiene su origen en el Antiguo Egipto, cuando decoraban sus hogares con elementos de color verde a la llegada del solsticio de invierno, mientras que otros apuntan la tradición del primer abeto iluminado en Alemania, en concreto cuando el Príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo y Gotha extendió ese acervo a Gran Bretaña, al contraer matrimonio con la Reina Victoria en el siglo XIX.
Las pruebas gráficas sí que ilustran esa decoración navideña en los hogares por aquella fecha, sin embargo no llegarían hasta las calles hasta el siglo XX, cuando se empiezan a ver imágenes de lugares ilustres de occidente decorados por Navidad, como por ejemplo la Casa Blanca en los años 20.
Un gran árbol de Navidad decoraba la plaza de Zocodover en 1967. - Foto: Marc Flament / Toledo OlvidadoPese a que la influencia de esta decoración urbana estaba marcada por Alemania y Estados Unidos a España llegó por una mujer rusa. Sofía Sergeïevna Troubetzkoy fue dama de la Orden de las Damas Nobles de la Reina María Luisa y es considerada la autora de la introducción del árbol de Navidad en este país, al contarse históricamente que colocó por iniciativa propia un abeto de estas características en el entorno de la calle Alcalá.
Posteriormente, el resto de ciudades fueron adaptando sus calles hasta el estado actual de iluminación. Toledo también. Solo que antes de contar con una gran bola LED en la plaza de Zocodover tuvo otros elementos más modestos.
La fotografía que acompaña al texto muestra la céntrica plaza toledana decorada con un abeto de grandes dimensiones en dirección a la cuesta de las Armas. Al ampliar la imagen se observa como el árbol está acompañado por cableado atado a las fachadas con bombillas de colores.
La muestra es obra de Marc Flament, un reportero gráfico francés, en el año 1967. La fotografía ha sido cedida por Toledo Olvidado, como uno de los archivos más antiguos de la decoración navideña toledana.