La garrapata responsable de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, que ha causado la muerte de un hombre de 74 años, es la más común y extendida en España, según el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Félix Valcarcel, experto en este tipo de parásitos.
Valcarcel, investigador en parasitología y control de garrapatas del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) del CSIC, ha explicado a EFE que este tipo de garrapatas (Hyalomma marginatum o Hyalomma lusitanicum) son las más frecuentes y predominantes en España.
Lo ha hecho tras conocerse la muerte en el madrileño Hospital La Paz de un hombre de 74 años a causa de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo tras sufrir la picadura de una garrapata en Buenasbodas, pedanía perteneciente al Ayuntamiento de Sevilleja de la Jara.
El investigador ha incidido en que aunque se trata de una garrapata muy común en España, no es frecuente que transmitan esa enfermedad y ha insistido en la importancia de revisarse tras las salidas al campo y de desprenderse de estos parásitos con rapidez.
Félix Valcarcel ha explicado que son parásitos que suelen preferir animales silvestres antes que las mascotas, y que suelen morir cuando entran en contacto con animales domésticos como los perros cuando están convenientemente protegidos con collares o pipetas antiparasitarias.
El virus que transmite la enfermedad -la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo- puede llegar a tener una tasa de mortalidad muy elevada, aunque también puede a llegar a pasar desapercibido, ha explicado el investigador, que ha precisado que puede ser determinante que la persona que ha sufrido la picadura y el contagio padezca una bajada de las defensas u otras enfermedades paralelas que agravan las consecuencias.
"La garrapata es el vector que puede transmitir la enfermedad, pero no siempre", ha aseverado el investigador del INIA, y ha explicado que la picadura de la garrapata es la principal vía de transmisión de la enfermedad, y ha observado que los pocos casos que se han detectado en España hasta ahora de la enfermedad corresponden a personas mayores y con otras patologías.
A su juicio, este ha sido "un caso de azar", ya que aunque ese tipo de garrapata está muy extendida por España, tiene que darse el caso de que el parásito sea portador del virus y que la persona que sufre la picadura sea además un "hospedador receptivo" y tenga un sistema inmunológico debilitado.
Valcarcel ha incidido en la importancia de revisarse tras las salidas al campo y de desprenderse de los parásitos con rapidez, y ha advertido de que los riesgos se multiplican cuando la garrapata permanece "agarrada" al cuerpo más de 24 o 48 horas.
"Si te la quitas el mismo día, no debería pasar nada", ha señalado el científico, y ha añadido que el reciente fallecimiento que se ha registrado no debe ser un motivo "de alarma" aunque sí de preocupación para adoptar medidas de protección y de autoprotección.
Y ha detallado que estas, y otras garrapatas también comunes en España, transmiten a las personas otras enfermedades que son más frecuentes, aunque no tan graves como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, y que no suelen desatar tanta alarma como la que ha generado este caso.