Toledo suma 1.231 muertes más que nacimientos hasta septiembre

Á. de la Paz
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La caída de los alumbramientos hasta finales de septiembre apunta al peor año para la natalidad en Toledo, con una estimación por debajo de los 5.000 bebés

Los nacimientos en la provincia se han reducido hasta septiembre respecto al dato del año pasado. - Foto: Luis López Araico

La provincia de Toledo ha registrado el segundo mayor descenso de la natalidad en España en términos absolutos hasta el mes de septiembre. En los nueve primeros meses de 2023 han venido al mundo 3.419 nuevos toledanos, una cifra que supone un descenso de 554 nacimientos respecto a los 3.973 alumbramientos constadados entre el primer y el noveno mes de 2022. Sólo provincia de Barcelona, la segunda más poblada del país, muestra un dato de natalidad parcial peor que el de Toledo: en el territorio de la cabecera catalana, los recién venidos caen en 970 entre un periodo y otro.

Apenas seis de las 50 provincias más las dos ciudades autónomas que integran España han mejorado su dato pretérito de nacimientos acumulados. Son Madrid, Valencia, Huesca, Guipúzcoa, Salamanca y Badajoz los únicos territorios que repuntan en términos interanuales. En el caso de Toledo, sobresale la profundidad de una caída que supera a las de Sevilla, Murcia, Baleares o Vizcaya, todas ellas con más población (y, por tanto, más sensibles a movimientos demográficos intensos).

Hasta septiembre de 2021 y desde el inicio de aquel año, se habían producido 3.724 nacimientos en la provincia. En el mismo periodo de 2020, los nuevos bebés ascendieron a 4.131, mientras que en 2019 el número quedó en los 4.097 niños.

El mes más prolífico del año para la natalidad en Toledo ha sido agosto, con 416 partos. El dato más bajo se alcanzó en febrero (un mes de 28 días), con 306 nacimientos. De media, durante 2023 han nacido unos 380 bebés por mes, lo que supone casi 13 niños al día.

La caída de la natalidad en la provincia se agudiza en 2023. El año pasado, se registraron 5.250 nacimientos en Toledo, el segundo dato más bajo de la serie que proporciona el Instituto Nacional de Estadística a partir de 2009. En 2021, con 5.069 bebés, se constató la peor cifra. Sin embargo, en 2009, fueron casi 8.000 partos con éxito en la provincia. Dados los datos conocidos en los tres primeros trimestres del año, el año en curso se adivina como el peor ejercicio para la natalidad de la provincia desde, al menos, los años noventa.

En lo que va de 2023, la mayor parte de los alumbramientos se han correspondido con madres treintañeras. Destaca el notable aporte de las mujeres entre 40 y 49 años que han tenido descendencia en los nueve primeros meses. Las veinteañeras, por su parte, han alumbrado 942 criaturas. Asimismo, dos bebés han nacido de progenitoras con una edad por encima de los 50 años.

mueren más que nacen. La población natural de la provincia decrece. Hasta la semana 44 de 2023, que incluye hasta el domingo 5 de noviembre, se han registrado 5.171 defunciones. Si se toma el dato hasta la semana 39, que concluyó el 1 de octubre, la estadística agrega 4.650 óbitos. La diferencia entre nacimientos y defunciones en los nueve primeros meses del año (con el decalaje de apenas un día) supone la pérdida de 1.231 vidas.

La cifra anual de muertes en la provincia ha superado a la de nacimientos desde 2017. En 2020, la brecha se disparó por encima de las 2.600 personas, aunque aquel año quedó marcado por el anormal repunte de la mortalidad provocado por las primeras olas de la Covid-19. En 2022, ya con el virus estacionalizado y en remisión, hubo 990 muertes más que alumbramientos. Cuando concluya este año, la diferencia crecerá previsiblemente hasta un nivel similar al que se alcanzó en 2021 -otro ejercicio con la concurrencia de la pandemia- un año que finalizó con 1.579 fenecidos más en la provincia que recién nacidos.