Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


Roca Tarpeya

05/07/2024

Mira el lugar en el amanecer  que difumina las figuras. Mira las reverberaciones del mediodía que las madura. Contempla el lugar con la luz del ocaso que transforma las realidades en sombras. Mira el lugar con la luna llena de marzo, de agosto o de octubre que, primero pinta de cobre la materia, antes de platearla como un artesano del barroco. Mira con nieblas intensas (cada vez menos), con lluvias torrenciales (más frecuentes), con días grises, con calimas del desierto, y verás un lugar (disculpen la palabra desgastada), repito, verás un lugar mágico. Así lo contempló  Victorio Macho, cuando desde un exilio insoportable, buscaba un lugar  para refugiarse en un paisaje irreal. Y lo encontró en Toledo. Se situaba en una deteriorada "judería"  y el rio entonces (cuando era río y no lo que sea ahora) se deslizaba por abajo con el ronquido sordo de un demiurgo tozudo. Allí creó el taller, su lugar de encuentro, su paraíso personal como  hiciera años atrás su amigo Gregorio Marañón en el cigarral de Menores. Eran tiempos en los que aún se podían encontrar en Toledo los paisajes y construcciones que habían enamorado a los  viajeros románticos del  siglo XIX y del primer tercio del XX. Lo llamaban Roca Tarpeya en alusión a la Esparta guerrera en  pugna con la ilustrada Atenas. La leyenda cuenta que arrojaban a los niños  no aptos para la guerra por el despeñadero, pero dicen que es una leyenda ruin propagada por los enemigos de Esparta.
A su muerte Victorio Macho manifestó la voluntad de crear una Fundación para legar sus obras al pueblo español. La aventura no resultó fácil por la falta de recursos, como frecuentemente sucede en España con asuntos de cultura. Pero la Fundación Toledo se comprometió a sacar el proyecto adelante. El día 2 de julio de año 1999 se abría, remodelado y adaptado, el nuevo espacio. El lugar, mágico en su misma creación natural, se  adornaba con más magia: las obras de un escultor entre el clasicismo académico y la modernidad que se imponía. Arrancaba, hace 25 años, el Museo actual Victorio Macho que, en 2024, ha reforzado su oferta conceptual con obras del toledano  Canogar. Entra y admira, te asombrará el equilibrio, casi cósmico, entre naturaleza, arquitectura, escultura y pintura.