Vasile no se reconoce culpable y guarda silencio

J.Moreno
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El procesado por la muerte de un vecino de Gálvez compromete la atenuante de confesión tardía propuesta por su abogado. La familia pide para él 24 años de prisión

Vasile no se reconoce culpable y guarda silencio - Foto: David Pérez

Vasile optó por un discreto chándal de la sección española de fútbol, mezcla de negro y rayas de color amarillo fluorescente para comparecer en el juicio que dirime sus próximos años de vida.  A sus 50 años, este rumano ha pasado encerrado dos y medio en la cárcel de Ocaña I, donde ingresó como medida preventiva por la muerte de Jesús Bejerano, un septuagenario de Gálvez que recibió dos puñaladas en su domicilio. La víctima, de 77 años en la fecha de su muerte y con una hija nacida en 2018, compartía su vida con la expareja del procesado, quien resultó herida.

«No soy responsable de los hechos y no contestaré a ninguna pregunta». Así fue la breve intervención de Vasile en el juicio con jurado popular sobre los hechos ocurridos el 19 de diciembre de 2021 en el primero b del número 9 de la calle de Miguel de Cervantes en Gálvez. Se negó a declarar en el interrogatorio y compromete la atenuante de confesión tardía anunciada minutos antes por su propio abogado de oficio.

Una traductora ayudó a Vasile a expresarse ante la presidenta del jurado, la magistrada María Jiménez. Pero la intervención fue mínima; pese a la petición abultada de pena del Ministerio Fiscal y la acusación particular, el procesado prefirió el silencio. Y regresó a dormir a Ocaña I sin dar su versión de los hechos.

Los nueve miembros del jurado sí escucharon antes la propuesta inicial de la Fiscalía, del abogado de la pareja de Jesús y de la propia defensa. El ministerio público pide un total de 23 años de prisión por los cuatro delitos atribuidos al procesado: 15 años por homicidio, cinco por lesiones de género, dos por allanamiento de morada y uno por quebrantamiento de condena.

La acusación particular, que representa a la pareja de Jesús, pide 24 años de prisión e introduce la tentativa de homicidio contra la mujer, Emilia, por lo que reclama siete años y seis meses de cárcel por este delito. También ofrece la alternativa de lesiones, con una pena de cinco años de prisión. Por el allanamiento de morada, en vez de los dos años de la Fiscalía, solicita seis meses.

La defensa fundamenta la libre absolución por el estado de embriaguez de Vasile ese 19 de diciembre de 2021. Y considera infundado el delito de tentativa de homicidio porque la mujer presentaba lesiones sin riesgo vital. Introducía, además, la atenuante de reconocimiento de los hechos, pero el procesado, finalmente, optó por guardar silencio en el interrogatorio.

Vasile, condenado años antes de los hechos lesiones y amenazas a Emilia, es insolvente. No obstante, la Fiscalía reclama 50.000 euros a favor de la hija menor de Jesús y Emilia, otros 10.000 euros para la mujer, más 3.600 euros para ella por las lesiones y 11.490 euros más por las secuelas. La acusación particular, por su parte, eleva el listón a 74.000 euros de indemnización a la pareja y 95.240 euros para la hija.

La Fiscalía detalla que el acusado inició en 2018 una relación sentimental con Emilia que duró hasta enero de 2019. Atribuye la ruptura al maltrato físico y psicológico. Entonces, la mujer reinició el vínculo con Jesús, con quien había tenido una hija en febrero de 2018.

La narración de los hechos indica que Vasile salió en bicicleta desde Menasalbas, donde residía en la calle del Progreso, armado con un cuchillo de 11,5 centímetros de hoja. Con una orden de alejamiento aún vigente, rompió de un golpe la puerta del domicilio de Jesús y Emilia y arremetió contra ellos.

El calor asfixiante, agravante en el juicio

El jurado, la juez, los abogados y el público se enfrentan a cerca de 30 grados porque no funciona el aire acondicionado

Las altas temperaturas han devuelto el calor asfixiante en la sala de la sección primera de la Audiencia Provincial. El aire acondicionado está averiado, como de costumbre. Ya ocurrió en julio de 2023. Entonces, la colocación de equipos portátiles de aire desencadenó un apagón que demoró hora y media la sesión.

En cambio, no hubo ayer ningún remedio contra el calor. La temperatura en la sala se acercó a los 30 grados, con la juez y los abogados togados, para más inri.

Los nueve integrantes del jurado, más los suplentes, el público, los policías y el procesado aguantaron el calor. Como el fiscal, Justo Gallardo, quien soportar los rayos de sol en la espalda.

Con una temperatura máxima de 34 grados en Toledo, el personal de Justicia clama por una solución a la avería crónica de los equipos de aire acondicionado. La segunda sesión comenzará hoy a las 10 de la mañana y falta ver si hay una medida para atenuar las altas temperaturas.

El juicio de 2023 fue aún peor. Sin aire acondicionado y con unas temperaturas superiores a 40 grados en Toledo, los funcionarios recurrieron a aparatos portátiles que averiaron parcialmente la luz de la sala.