Sabe tocar el clarinete, la guitarra, de familia de músicos... pero lo de cantar, aunque sean villancicos, no es el fuerte del alcalde de Toledo. Raphael dio la vuelta al mundo con su 'El tamborilero'. Y tal vez, Carlos Velázquez sea recordado también por su faceta artística.El alcalde de Toledo, en un giro inesperado, dejó a un lado sus obligaciones, para dar paso a su faceta más desconocida, o por lo menos un hobby hasta ahora inaudito, convirtiéndose en la estrella navideña.
Con un entusiasmo desbordante, se aventuró a cantar villancicos junto al 'Coro voces Armonía' en la plaza del Ayuntamiento. El propio alcalde ante el talento musical de los cantantes, prefirió pasarse a hacer los coros, añadiendo así un plus a su gran noche. "Ropopompom" a los cuatro vientos. Las notas no eran perfectas, pero su espíritu navideño era imparable. Y además marcando el compás. Él y el 'Ropopompom' fueron uno, una fusión única.