Desde fuera, el primer año que hoy cumple José Julián Gregorio como alcalde de Talavera no ha sido fácil. Los primeros años de legislatura nunca lo son, sobre todo cuando toca estrenarse en el gobierno. Cabeza de un bipartito formado por PP y Vox, el alcalde ha tenido que dedicar una parte de sus esfuerzos a mantener engrasado el pacto de gobierno, con un socio que no lo ha puesto siempre fácil. Enfrente tiene una oposición inflexible, con la exalcaldesa Tita García al mando, que mantiene un control férreo y que ha dirigido todos los dardos a Gregorio, como responsable máximo de la institución municipal.
Seguramente, entre los mejores momentos del año que arrancó el 17 de junio de 2023 con su elección y toma de posesión en el Pleno de constitución de la nueva Corporación municipal, estarán los dos procesos electorales vividos en este tiempo. El PP se ha recuperado en Talavera, saliendo victorioso en ambos, en especial de las elecciones europeas de hace apenas una semana, en la que aventajó con más de 8 puntos a los socialistas y agrandó la distancia electoral con Vox.
Gregorio ha tenido que lidiar durante la mitad de este tiempo de mandato con la ejecución simultánea de un gran número de obras, que han puesto a prueba la propia maquinaria del Ayuntamiento, para fiscalizar su realización. La acumulación de proyectos en la última fase del gobierno de Tita García, dejó a medias, adjudicadas o en fase de licitación buena parte de la herencia del anterior mandato, en muchos casos con apremiantes plazos por cumplir.
Más dinero para El Prado. Con esa espada de Damocles se han afrontado obras como las del eje de las calles Alfares y Prado, la calle Palenque o, por encima de todas, la de los jardines del Prado. Paralizada durante meses por discrepancias con la empresa, ha habido que esperar hasta el mes de marzo para recuperar el emblemático espacio, después de un cuantioso modificado de 250.000 euros y una reserva de 400.000 euros en los presupuestos de este año, hasta ver como se acaban de resolver las diferencias con la adjudicataria.
Aunque ha empezado en la Alcaldía con muchas obras en marcha, a José Julián Gregorio le gustaría ver el inicio de las dos más esperadas: el centro de datos de Meta y el AVE, que nunca arranca. De las primeras se está más cerca, tras los avances del proceso burocrático, que ha seguido su curso administrativo. De la alta velocidad, en cambio, todo apunta a que le va a tocar asumir, más pronto que tarde, el sapo de que no habrá soterramiento. La inminente resolución de las alegaciones presentadas desde Talavera al estudio informativo acabará de confirmar esta opción, ya que el Ministerio de Transportes no se baraja lo que se considera un sobrecoste en la inversión, y puede empezar a poner fecha al espinoso asunto de los plazos de la conexión entre Madrid y Lisboa, más cerca de 2035 que del deseado horizonte del Mundial de Fútbol de 2030.
Si el AVE le ha puesto en algunos momentos en la diana, en un intento de responsabilizar al alcalde de un tema que está en instancias superiores, Gregorio ha estado expuesto a numerosas polémicas, algunas relacionadas con su socio de gobierno y otras directamente con él mismo. La eliminación de la Concejalía de Igualdad y de los puntos violeta de las ferias abrieron el fuego en los primeros compases del mandato y han puesto en un brete a Gregorio con declaraciones como la de la concejala de Familia, de Vox, Josefina Blázquez, sobre la responsabilidad de las propias mujeres víctimas de violencia de género en su maltrato.
La salud del bipartito. Las diferencias entre los dos socios de gobierno se han dejado notar también en asuntos como el agua y el trasvase, que, en cambio, ha generado un frente común entre PP y PSOE. Es solo uno de los temas en los que el bipartito ha actuado por separado, pese a la aspiración del alcalde, expresada en su discurso de investidura, de que no habría distinción entre partidos.
Sin embargo, dos de las polémicas que más y mejor ha sabido explotar en este tiempo la oposición del PSOE son atribuibles al propio José Julián Gregorio. La primera, bautizada por los socialistas como 'caso cóctel' en un intento de agrandar su importancia real, provocada por la elección de un local apercibido de cierre para la celebración de un ágape municipal. El respaldo a una propuesta para desarrollar una plataforma logística en los terrenos del Plan de Singular Interés 'T&T' ha sido la segunda y más importante.
'TT la Nao de Talavera', un proyecto que según el alcalde podría suponer la creación de 7.000 empleos, se desinfló en pocos días, entre acusaciones de plagio y críticas de chapuza de la Junta de Comunidades, en el que ha sido el primer frente abierto entre administración regional y Ayuntamiento. El propio Consistorio acabó por resolver la consulta urbanística indicando a los promotores que planteaban una propuesta para una zona, el acceso desde Madrid por la N-5, en la que la Junta está desarrollando su propia propuesta logística e industrial.
Sintonía con Page. Pese a todo, Gregorio mantiene cierta sintonía personal con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que se ha dejado notar en la cordialidad institucional de ambos en los actos que han mantenido juntos y en las reuniones entre ambos en el Palacio de Fuensalida, al que ha acudido como alcalde y como presidente de la Federación Española de Municipios en Castilla-La Mancha, cargo en el que fue elegido en noviembre pasado.
Entre los datos positivos, se encuentra también el buen comportamiento del empleo, que se toma siempre como un termómetro de la economía local. En este sentido, el mes de mayo se cerraba con el mejor dato de paro en Talavera en los últimos 16 años: 7.791 desempleados, 376 menos que el mes anterior. Una satisfacción en tiempos de turbulencias.