Amigos en tiempos de guerra

Agencias
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La invasión en Ucrania pone en aprietos al presidente ruso, Vladimir Putin, que ve cómo el número de dirigentes que estrecha lazos con el Kremlin cada vez es menor

Narendra Modi, Xi Jinping, Lula Da Silva y Recep Tayyip Erdogan.

Se pueden contar con los dedos de una mano. El círculo de amistades del presidente ruso, Vladímir Putin, se ha visto reducido en los últimos años a la mínima expresión en lo que al ámbito internacional se refiere. Desde el comienzo de la guerra frente a Ucrania, China y Turquía son los únicos interlocutores del Kremlin, a los que hay que sumar otros países como Corea del Norte y los países del sur interesados, sobre todo, en el armamento y el trigo.

Algunos de aquellos admiradores han optado por el silencio, las medias tintas o el arrepentimiento e intentan borrar de la memoria aquellas alabanzanzas que hace no tanto lanzaban en dirección a Moscú.  

Putin ha viajado solo una vez a Occidente desde el estallido de la pandemia a principios de 2020. Fue a Suiza en junio de 2021 para reunirse en territorio neutral con el presidente estadounidense, Joe Biden. Mientras, el pasado ejercicio visitó China e Irán, y este año aún no ha viajado al exterior, en lo que ha influido la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) por supuestos crímenes de guerra en Ucrania.

El hermano mayor. China

Precisamente, el primer viaje al exterior que tiene fijado el presidente ruso en todo el año será el próximo octubre a China -Pekín nunca firmó el Estatuto de Roma, Tratado fundacional de la CPI- para participar en la cumbre de la Franja y la Ruta de la Seda.

El Kremlim ya recibió en marzo al líder del gigante asiático, Xi Jinping, encuentro en el que hablaron de geopolítica, pero principalmente de negocios, ya que el país asiático es su principal socio comercial y destino clave para los hidrocarburos tras el bloqueo. Pekín presentó hace unos meses su propio plan de paz para Ucrania en el que defiende la integridad territorial de los países, si aludir a la anexión de cuatro regiones ucranianas o a la retirada de tropas rusas.

Dependencia creciente. Turquía

Durante meses se habló de que Putin viajaría a Ankara para reunirse con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aunque finalmente se vieron hace poco más de dos semanas en Sochi, donde ultimaron el suministro de un millón de trigo ruso para su molienda en Turquía y el traslado de la harina resultante a los países más necesitados.

Moscú ha incrementado con el paso de los años su dependencia de este miembro de la OTAN con el que coopera en el suministro de gas, la construcción de la primera central nuclear turca (Akkuyu), Siria y el Cáucaso.

A cambio, Erdogan, uno de los dirigentes más críticos con la anexión rusa de Crimea en 2014, ha mantenido una postura equidistante hacia la guerra contra Ucrania, lo que no le impide suministrar a Kiev material bélico como drones y munición de racimo.

Por el interés. La India, Brasil y el sur global

La India, que consiguió que no se condenara a Rusia en la reciente cumbre del G20, es el gran beneficiado de la crisis provocada por la guerra. En los últimos meses ha multiplicado sus importaciones de petróleo ruso a precio de amigo.

Aunque pierda dinero, Moscú está obligado a hacer descuentos a Nueva Delhi, destino de casi un cuarto de sus exportaciones totales de crudo en 2023.

Para más inri, dichas operaciones se realizan en moneda nacional, por lo que varias decenas de millones de dólares en rupias pertenecientes a Moscú se encuentran congeladas en los bancos indios.

Mientras, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ya invitó a la próxima cumbre del G20 a Putin y adelantó que revisará la posición de Brasilia ante la corte internacional.

Además, Rusia es el principal granero de los países del norte de África y Oriente Medio, y muchos de esos países, además de asiáticos y latinoamericanos, también están interesados en el armamento, los aviones y los mercenarios.

El último recurso. Corea del Norte

El último país en sumarse a la lista de aliados que busca suavizar el ostracismo ruso es Corea del Norte. El líder del régimen comunista, Kim Jong-un, rompió cuatro años de aislamiento para reunirse la pasada semana con su homólogo en el Kremlin.

Ambos ya se habían reunido en 2019 en el Lejano Oriente ruso, pero la COVID agravó el tradicional hermetismo del conocido como país ermitaño.

Putin, que ha aceptado la invitación para viajar a Pionyang, reconoció sin tapujos la existencia de «perspectivas» para la cooperación militar con Pionyang, que ya estaría suministrando a Moscú «desde hace mes y medio» munición de diverso calibre, según Kiev.