Los productores de cebolla están pasando un momento cuanto menos complicado. En la actualidad muchos agricultores están vendiendo la cebolla por debajo de los precios de producción, cuando el año pasado este cultivo era rentable. Por ello, insta a la Consejería de Agricultura y a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) a que vele por el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria, que prohíbe la venta a pérdidas, y a que ponga la lupa sobre los controles a los que se somete este producto.
En cifras, la situación es la siguiente, según avisan en Asaja. La cebolla de esta época del año, la temprana, se está pagando a 8/10 céntimos el kilo, mientras que el coste para el agricultor ronda los 12/14 céntimos/kilo.
La Tribuna visitaba esta semana una explotación de cebollas ubicada junto a Las Tablas de Daimiel para analizar sobre el terreno esta situación y conocer los porqués de esta problemática que está poniendo en peligro la rentabilidad de este cultivo. José Antonio López Menchero es el titular de 12 hectáreas y está viviendo en sus carnes esta situación, provocada por tres factores: la competencia desleal de productos importados de países terceros a la Unión Europea (China, especialmente), el sobrecoste económico que supone no desaprovechar agua para el riego y, por último, el importante aumento del precio del jornal en solo un par de años, un 50%, ante la falta de mano de obra cualificada.
«Estamos al límite del equilibrio. En cuanto una cebolla necesita un tratamiento más de lo previsto, ya entramos en pérdidas», lamenta López Menchero, que no encuentra justificación a que países como China, donde la reglamentación con los productos fitosanitarios es mucho más laxa que la que se aplica en la Unión Europea, puedan entrar en el mercado español ejerciendo una competencia desleal. «Nosotros tenemos que usar insecticidas de solo tres días de persistencia porque los de más duración están totalmente prohibidos, mientras que en China los usan con 10 días de persistencia, con lo que mientras nosotros tenemos que realizar cinco tratamientos, ellos solo hacen uno y les resulta más barato», explica este agricultor. El resultado es un producto importado con precios más bajos que el nacional.
gran inversión en el riego. También subraya que «aunque algunos digan lo contrario», los agricultores realizan «un gran esfuerzo» para ahorrar agua en sus explotaciones, con fuertes inversiones para optimizar los sistemas de riego, como la adquisición cada año de las denominadas cintas de riego. El ahorro de agua se produce, «pero no compensa» el sobrecoste con respecto a los antiguos sistemas de riego por aspersión, menos ecológicos pero más económicos.
La tercera pata de este incómodo banco es la de la falta de mano de obra cualificada, y cuando hay menos oferta de trabajadores que demanda, el precio de los jornales sube. Según López Menchero, en muchos casos los trabajadores «abusan» de esta situación de necesidad del contratador, organizándose para exigir mejores condiciones. En dos años, advierte, el coste del jornal ha pasado de los 60 a los 90 euros, siempre que la contratación se realice respetando la legalidad, algo que sucede en «la mayoría» de los casos. Y a esto se suman los problemas administrativos para poder contratar mano de obra inmigrante.
Asaja apunta que la tendencia de precios a la baja comenzó hace unos meses, cuando empezaron a entrar a España las cebollas de procedencia china, a pesar de que la producción este año es buena calidad, mientras los costes de producción continúan con una tendencia alcista.