La presión contra el cierre del aeródromo de Ocaña aumenta. El presidente del club deportivo 'Las sillas voladoras', Carlos de Albert, y la vicepresidenta, Elisabeth Heilmeyer, encabezaron ayer el grupo que protestó en las instalaciones públicas por la suspensión de la actividad decretada por Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la seguridad Aeronáutica (Senasa), dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

La entidad pública cerró la actividad operativa el 27 de octubre sin posibilidad. «Se impide la labor social e inclusiva de este colectivo en el único aeródromo adaptado a esta modalidad en la región, y que era un referente en toda España, creando un enorme perjuicio a este colectivo», señalaba el Club Deportivo 'Las sillas voladoras' tras confirmarse la suspensión.

Por ello, la Federación de Deportes Aéreos de Castilla-La Mancha difundió ayer un comunicado en el que rechazaba la decisión de Senasa. «Se ha visto truncado el proyecto del club deportivo 'Las sillas voladoras' que cuenta con el respaldo de esta federación en pro de los derechos de las personas con discapacidad», subrayaba por ese programa que permite disfrutar de vuelos mediante sistemas adaptados.

La Federación de Deportes Aéreos de Castilla-La Mancha menciona también que la privación de actividad ha perjudicado también al Aeroclub de Ocaña, cuyos usuarios han visto «de la noche a la mañana» cómo Senasa vetaba el acceso a las instalaciones donde desempeñaban su actividad deportivos desde hace muchos años.

Al respecto, la federación menciona también que alertó de la inestable situación del aeródromo de Ocaña por escrito y en los encuentros presenciales a la Dirección General de Deportes de la Junta y al presidente regional, Emiliano García-Page.