Hoy el Gobierno ha entregado los Premios de Excelencia y Calidad de los Servicios Públicos, una ocasión que el consejero de Hacienda, Juan Alfonso Ruiz Molina, ha aprovechado para recordar que "todos esos servicios cuestan dinero y han de ser sufragados por los impuestos de los ciudadanos". Ha sacado el tema en un momento en el que la cuestión de la financiación autonómica está que arde.
Aseguró que Castilla-La Mancha tiene muy claro por dónde deben ir los tiros y que así lo reclamará: "Cuando hablamos de financiación autonómica, esta debe preservar el principio de igualdad de acceso a todos los servicios públicos, con independencia de la capacidad económica del ciudadano y del territorio en el que resida". Ruiz Molina comentó que "viene muy a cuento hacer esta referencia" precisamente ahora, pues advierte de que hay territorios que creen que por tener mayor capacidad económica o ser más ricos tienen más derechos.
Ruiz Molina apeló que "no hay que tener en cuenta la singularidad de un territorio, sino la de todos". En el caso de Castilla-La Mancha sus principales singularidades es la dispersión de la población o el envejecimiento de la misma en determinadas zonas. Por eso el consejero de Hacienda recordó el ejemplo de la atención sanitaria en Cuenca, una provincia que tiene 32 centros de salud y 200 consultorios para atender a los mismos habitantes que una ciudad como Fuenlabrada, donde la Sanidad se solventa con siete centros de salud.
"La superficie, la dispersión, la estructura de la población son singularidades que vamo a defender en ese nuevo modelo de financiación autonómica", garantizó Ruiz Molina. Insistió en que toda la negociación debe estar presidida por "el principio de equidad", que a la vez "es sinónimo de justicia en la distribución de todos los recursos económicos de los españoles".