La Rabacht avisa del error en la reproducción del acueducto

J. Monroy
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Traslada al Consistorio que la placa situado en el puente nuevo de Alcántara recoge la recreación de Rey Pastor, corregido desde hace medio siglo. El acueducto no fue así, sino tipo sifón

La Rabacht avisa del error en la reproducción del acueducto

La estampa es imponente. La renovación del puente nuevo de Alcántara ha traído como extra la colocación en este espacio con vistas a los restos de una recreación en bronce de lo que podría haber sido el acueducto romano de la ciudad. El problema es que ya se sabe desde hace más de medio siglo que esta recreación artística de principios del XX está totalmente equivocada. Es imposible que el acueducto tuviera esas medidas y los estudios han demostrado que el acueducto de Toledo era tipo sifón.

Así se lo comunicó la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo al Ayuntamiento. Nadie consultó a los académicos sobre esta placa. Y nada más ver la instalación, la Real Academia le remitió a iniciativa propia un escrito al equipo de Gobierno comunicando el posible error.

El presidente de la Real Academia, Jesús Carrobles, forma parte del equipo que, con Fernando Aranda y José Luis Isabel, ya investigó los restos del acueducto y llegó a la conclusión de que se trataría de una instalación tipo sifón. La imagen tomada por el Ayuntamiento pertenece a la recreación de Rey Pastor a principios del siglo XX, basándose en el acueducto romano más alto que existe, el de Pont du Gard, en Francia, con 49 metros de altura.

La Rabacht avisa del error en la reproducción del acueductoLa Rabacht avisa del error en la reproducción del acueductoSin embargo, apunta Carrobles, «es una recreación que quedaba muy bonita, pero que era imposible en época antigua. Si Pont du Gard mide 49 metros y aquí estaríamos hablando de casi cien». Recuerda que ya desde los años setenta, diferentes estudios hablaban de una conducción forzada, es decir, un sistema de sifón, de vasos comunicantes, que utilizan muchos acueductos romanos.

Tres arcos. Hace casi ya un par de décadas, el propio Carrobles, Fernando Aranda y José Luis Isabel estudiaron los restos, en base también a las publicaciones científicas que durante los últimos cincuenta años han hablado que conducción forzada y la llegada desde Cerro Cortado a través de los terrenos de la Academia de Infantería.

Su conclusión es que, llegado al Tajo, era imposible un acueducto como el que ideó Rey Pastor, pero tampoco se podía hacer un sifón en uve, dada la alta presión del agua. Así que los romanos hicieron una zona dulcificada para que la presión se repartiera, es decir, tal y como marcan los restos, un puente de tres arcos y unos treinta metros de altura, similar al puente de Alcántara original. Un puente, concluye Carrobles, «que viene a cumplir casi con lo máximo a lo que se llega en el Mundo Antiguo, porque los romanos eran magníficos ingenieros, pero no hacían milagros».

Fuentes municipales han explicado a este diario que desconocen el escrito remitido por la Real Academia. Esta placa y otra al otro extremo del puente reproduciendo las palabras de Tito Livio sobre Toledo, se colocaron para culminar la actuación en el nuevo puente de Alcántara. Fueron los ingenieros de la empresa Estudios AIA (Arquitectos Ingenieros Asociados) quienes eligieron los motivos de las placas y el Consistorio no vio la necesidad de dudar de la misma.