Nuestro protagonista de esta décima entrega es Francisco Gómez-Hidalgo y Álvarez, nacido en Val de Santo Domingo (hoy Santo Domingo-Caudilla) un 16 de junio de 1886. Un hombre polifacético y relacionado con el cine, pero de una manera muy particular como ahora veremos. Francisco estudió la carrera de derecho en la Universidad de Murcia y tiempo después, una vez establecido en Madrid, comenzó a trabajar como periodista en diferentes periódicos como el Heraldo de Madrid, El Liberal o ABC. Su labor literaria fue muy intensa y lo encontramos también colaborando con el diario liberal El Criterio, editado en Talavera de la Reina y como fundador de la revista Papel y Tinta, editada en Torrijos.
En su labor como político, sabemos que fue elegido como diputado en las Cortes durante la segunda república. Sería en 1934 cuando militara activamente en la Unión Republicana, y precisamente ese mismo año lo encontramos en la prensa del momento (diario La Libertad de 2 de junio de 1934) ya que la ciudad de Toledo era visitada por una comisión de norteamericanos procedentes de Toledo Ohio, que pretendían confraternizar con la capital toledana homónima para establecer lazos culturales, económicos y comerciales. Como indicamos, sería el propio Francisco Gómez-Hidalgo a quien se le ocurriera la idea del intercambio cultural con nuestro Toledo hermano. Según recoge el citado periódico, debido a las ideas republicanas de Paco Gómez-Hidalgo (como coloquialmente le llamaban), marchó a Norteamérica durante la dictadura de Primo de Rivera, motivo por el cual conoció de primera mano aquella tierra, viajando por diversos estados, estudiando al pueblo americano y al mismo tiempo escribiendo diferentes artículos al respecto. En el periódico ABC de 16 de enero de 1929 publicó un artículo titulado "Nuestro Toledo y el Toledo yanqui", en el que ya promovía el encuentro entre ambos lugares llamados Toledo, que se materializaría con el primer hermanamiento "con fines sociales y culturales" del mundo, entre Toledo y Toledo Ohio. Aquella visita de los años treinta se devolvería por una comisión toledana que viajó a Toledo Ohio en 1962.
En 1936 Gómez-Hidalgo sería elegido diputado por Castellón en las elecciones de 1936, dentro de las listas del Frente Popular, motivo por el cual al finalizar la guerra civil tuvo que exiliarse a México. En 1935 fue juzgado por el Tribunal de Urgencia de Madrid, por una querella contra él por un delito de injurias a un ministro en el ejercicio de su cargo, las cuales escribió en un artículo publicado en el diario La Libertad de aquel año. También se conserva un expediente contra él, por delito de masonería, por el que fue condenado por rebeldía a 12 años y un día de reclusión menor e inhabilitación absoluta perpetua. Gómez-Hidalgo moriría en el exilio en Ciudad de México en 1947.
Toledanos de cine (X)Pero profundicemos más en el aspecto cinematográfico de Paco Gómez-Hidalgo, ya que su versatilidad le llevó a dirigir una película de cine mudo titulada La malcasada (1926), y que ha pasado a la historia del cine español por varios aspectos; por un lado, debido a los cameos que realizan algunos personajes importantes de aquel momento cuyos nombres les van a sorprender, ya que entre otros encontramos a José Sanjurjo, Millán Astray, Valle-Inclán, Julio Romero de Torres, Miguel Primo de Rivera o el mismísimo Francisco Franco y por otro, debido a que esta película trataba algunos aspectos que en aquellos momentos estaban de plena actualidad, como por ejemplo el divorcio. La trama versa sobre unos hechos reales que protagonizaron una dama española con un famoso torero mexicano, los cuales se casaron por conveniencia, algo que motivó que al poco tiempo se divorciaran, un tema –el del divorcio- muy candente en aquellos momentos, ya que había un proyecto de ley sobre el divorcio en España, que se iba a presentar al Parlamento, pero que no llegó a aprobarse, siendo por tanto la primera película que trataba abiertamente el peliagudo asunto de los divorcios en nuestro país.
Para hacernos una idea de la repercusión de esta película, fue anunciada como "la película más insólita del cine español en toda su historia". Para entender porqué Gómez-Hidalgo, que hasta entonces se había centrado en sus labores periodísticas, se embarca en un proyecto cinematográfico, hay que recordar que anteriormente había tenido bastante éxito con una comedia teatral que escribió junto al dramaturgo José Luis de Lucio y por ello decide probar fortuna en el cine. De manera muy inteligente, nuestro protagonista aprovecha un escándalo real ocurrido por aquel entonces y del que se hizo eco toda la prensa, el cual protagonizaron Rodolfo Gaona (conocido torero mexicano) y la también actriz Carmen Ruíz Moragas, a la sazón amante del rey Alfonso XIII y con el que tuvo dos hijos bastardos, uno de ellos Leandro de Borbón a quien se le reconoció este apellido real en 2003. El matrimonio entre la actriz y el torero duró apenas dos meses, motivado posiblemente por los maltratos de Gaona hacia Carmen, cuyo trasfondo eran los celos enfermizos del diestro mejicano, aunque entre otras razones también se argumentó la posible homosexualidad de Gaona y el descubrimiento de esta condición por su esposa. Fuera como fuese, con este cóctel matrimonial como trasfondo, nuestro director toledano invitó a participar en la película a los más granado de la sociedad del momento, apareciendo no solo los personajes citados anteriormente, sino también Alejandro Lerroux, el poeta Rusiñol, el conde de Romanones, Concha Espina, Azorín y hasta el propio rey Alfonso XIII, nada más y nada menos. ¿La explicación de este elaborado casting? Pues como ocurre con las películas de Santiago Segura y los cameos de sus amiguetes, aquí sucedió algo similar, ya que Gómez-Hidalgo conocía a todas aquellas personas tan relevantes en las artes, la sociedad, la cultura y el mundo militar de entonces.
La película fue estrenada en el Teatro del Centro el lunes 10 de enero de 1927, pero desgraciadamente apenas estuvo una semana en cartel, debido a la intervención de la censura del momento, ya que en el largometraje aparecía el general Valeraino Weyler, el cual protagonizó un intento de golpe militar que se denominó La Sanjuanada y de ahí que su aparición en la gran pantalla supusiera un conflicto institucional. Posteriormente Paco Gómez-Hidalgo decidió eliminar las escenas en las que aparecía Weyler y así salvar la censura. Una nueva copia sería estrenada el jueves 24 de febrero de 1927 en el Teatro Olympia de Barcelona, donde se estuvo proyectando casi tres semanas, volviendo a ser proyectada para los espectadores madrileños el 17 de marzo. Poco después se llevaría a América y allí se exhibió en varios países, destacando su estreno en Nueva York, para el cual se colocaron carteles publicitarios en los que se indicaba que la película había sido prohibida en el día de su estreno y que su argumento tenía relación con el divorcio. Hoy desgraciadamente solo conservamos algunos fragmentos de esta película, que contaba con un metraje original de 4.373 metros de celuloide. Las partes que se conservan están disponibles en la nuestra fantástica Filmoteca Nacional, recopilados en una copia de 35 mm, con el título de Personalidades Españolas, más otra copia en 16 mm depositada en la Filmoteca de la Generalitat de Catalunya. Estamos sin duda, ante una de las películas más originales de la historia del cine español del siglo XX.
Nos despedimos con unas líneas que le dedicaron a Paco Gómez-Hidalgo en el diario La Libertad de 2 de junio de 1934, escritas por Martín R. Merchán: "Tú, querido Paco Gómez Hidalgo, espíritu de hombre fuerte que supiste siempre juzgar con indulgencia los olvidos y desagradecimientos que te prodigó nuestra tierra, acaso no has reparado siquiera en éste de ahora. Pero yo he querido escribir estas cuartillas, que te sorprenderán, en reparación".