Se conoce por sus cartas que cuando Gustavo Adolfo Bécquer vivió en Toledo cuidó y muy posiblemente plantó un laurel en su patio. De hecho, las descripciones que hizo permitieron encontrar la casa en la que vivió con su hermano en la calle San Ildefonso. Desde 1868, ese laurel ha sufrido podas, incendios, veranos secos y heladas. Hoy está muy deteriorado pero sigue aguantando vivo.
Para evitar que se pierda algún día, el Vivero Histórico de la Real Fundación Toledo ha hecho diez clones, o hijos del mismo, que espera ir distribuyendo por la ciudad. Tras la plantación de un ejemplar en Puy du Fou (promotor del Vivero), que se acabó perdiendo, este viernes se ha plantado un segundo clon o hijo en el colegio público Fábrica de Armas. En esta ocasión, apunta el director de la Real Fundación de Toledo, Eduardo Sánchez Butragueño, el árbol está mejor enraizado, y se espera que prenda mejor.
El Vivero de la Real Fundación es un proyecto que esta desarrolla en colaboración con la Consejería de Desarrollo Sostenible, al que se ha incorporado la UCLM. Clona y reproduce ejemplares históricos de la ciudad y especies muy arraigadas en la ciudad.
El acto por el que el propio Butragueño y el abuelo de un alumno del centro han plantado el árbol ha sido todo un acontecimiento, no solo para niños, padres y profesores, sino también para la vida cultural y política de Toledo.
El Fábrica de Armas ‘cría’ un hijo del laurel de BécquerEl vicepresidente de la Real Fundación, Jesús Carrobles, apuntó que es habitual hacer una línea divisoria, al hablar de Patrimonio, entre medio ambiente y cultura, «y sin embargo, hay que tener en cuenta que tanto el medio natural que rodea Toledo, como estos árboles, son fruto de la naturaleza, pero también de la cultura, es decir, son el resultado de un deseo de las personas y se convierten en formaciones culturales que en ocasiones aportan tanto valor como cualquier otro movimiento». Todo ello en un lugar como Toledo, «que acumula árboles con memoria».
Por su parte, la delegada provincial de Desarrollo Sostenible de la Junta, Montserrat Muro, destacó que este Vivero Histórico pone en valor el patrimonio vegetal de la ciudad. Pero también destacó la labor de sensibilización. No solo es importante la conservación de estas plantas, sino que también que la ciudadanía las conozca y valore.
En próximas fechas, apuntó Sánchez Butragueño, se podrán plantar otros clones del laurel de Bécquer, habrá que seleccionar los lugares con sentido así como otros del almez de la ermita del Valle (posiblemente de en torno a 1800), el taray de Safont o el ciprés que plantó el sobrino de Galdós en el cigarral de Menores en 1921.