El proyecto de El Prado repondrá 227 de sus 439 árboles

C.S.Jara
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El proyecto de regeneración, valorado en 1,3 millones de euros, contempla el cambio de algunas especies, la mejora de los paseos, una rosaleda y la plantación de flores que den colorido a los jardines

El proyecto de El Prado repondrá 227 de sus 439 árboles - Foto: Manu Reino

El proyecto de regeneración de los jardines del Prado pretende devolver su esplendor a uno de los espacios más queridos por los talaveranos, con más colorido, un arbolado sano y la recuperación de parte de su perfil original. Se trata de uno los proyectos estrella de la legislatura de Tita García Élez, cifrado en 1,3 millones de euros y del que se ha desgajado la intervención sobre la cerámica, que protagonizará un contrato propio.

El proyecto, al que ha tenido acceso La Tribuna, aún está pendiente de su aprobación por la Junta de Gobierno Local, pasó la semana pasada el trámite de la Comisión del Plan Especial de la Villa y saldrá en pocas semanas a concurso. Elaborado por Amezquita e Izquierdo Arquitectos Asociados, incluye un estudio que realiza un diagnóstico árbol a árbol de los 439 ejemplares plantados en El Prado, tras un análisis pormenorizado de sus características, estado general y patologías, con el que concluye si cada uno de ellos se debe suprimir, sustituir, trasplantar, realinear o mantener, siempre que presente buenas condiciones y encaje en el diseño propuesto. Un total de 266 no han superado la prueba y serán retirados durante la intervención, con un saldo final de 39 árboles menos que ahora, fruto de la nueva ordenación de los paseos y rotondas.

Se intervendrá en el arbolado y en el resto de espacios verdes, que suponen un 35 por ciento del parque, además de la mejora del firme de los paseos y la reparación de las fuentes, estanques y otros elementos arquitectónicos, de acuerdo a su diseño original. La intervención sobre el área verde aportará armonía y colorido, e incluso los olores de la floración; además, se mejorarán espacios, así como la red de riego y la de saneamiento, ahora prácticamente inexistente. El proyecto amplía la superficie dedicada a plantas de temporada o parterres de arbustos e incluye una rosaleda, encargados de  aportar colorido al parque.

El proyecto de El Prado repondrá 227 de sus 439 árbolesEl proyecto de El Prado repondrá 227 de sus 439 árboles - Foto: Manu ReinoEl espacio a recuperar es el de los jardines históricos, declarados por la Junta bien de interés cultural  en febrero de 2019. En los jardines conviven 24 especies de arbolado y doce arbustivas, de unas características dispares y, en ocasiones, incompatibles. Un total de 2,75 hectáreas, de las cuales el 60 por ciento corresponden a paseos, plazoletas o viales, el 35 por ciento a elementos vegetales y el 5 por ciento a construcciones o elementos arquitectónicos.

El estudio realizado parte del análisis de la masa vegetal, en general envejecida. Un 35 por ciento de los árboles actuales de El Prado  pertenecen a la plantación que se realizó en los años 20 y un porcentaje similar tiene entre 30 y 40 años, cuando la enfermedad que afectó a los olmos obligó a sustituirlos por otras especies. El resto corresponden a reposiciones ocasionales, que no han contribuido a la unidad del espacio. De los primeros, ni unos ni otros ofrecen buen diagnóstico: «La primera apreciación de la situación actual de la masa vegetal de estos jardines es el avanzado estado de envejecimiento, la falta de vitalidad y la incompetencia espacial de la mayor parte de los elementos aéreos, que acarrea su ahilamiento». 

Por ello, se contempla la tala de 49 árboles que no serán sustituidos, por anomalías en su estado que en algunos casos pueden representar peligro para los viandantes, por falta de encaje en la reordenación de su área de plantación o por carecer de actividad vegetativa, entre otras causas. 

Hay además otros 166 árboles que serán sustituidos por otros de nueva plantación, aunque no se ubicarán necesariamente en el mismo lugar concreto. Otros 17 serán trasplantados  en otros puntos de la ciudad que se decidan en cada caso, porque pese a presentar buen estado no encajan en el diseño o carecen de espacio. 

Árboles de talla

 En todo caso, los árboles de nueva plantación serán «de tallas relevantes» para su consolidación en pocos años y para no dejar el parque «totalmente despoblado», dado el alto porcentaje que se elimina o sustituye.  Será una primera fase de intervención: «Tan pronto como se consolide vegetativamente esta primera fase, dos o tres años, acometer la segunda». 

Los pinos de la alineación paralela a la avenida deExtremadura serán sustituidos por magnolia grandiflora,  tras concluir que los árboles actuales presentan un desarrollo de copa desproporcionado y riesgo de caída incontrolada. Las magnolias, ya muy presentes en el arbolado actual, eliminarían el riesgo de caída incontrolada, son de hoja perenne y ofrecen el aliciente del perfume durante la época de floración. En esta misma zona se proyecta la creación de arriates que, además de aportar colorido, suponen la recuperación de parte del trazago original y la plantación de una rosaleda que rematará este flanco del parque.

Otro tramo de intervención será el paseo central, entre la fuente de las ranas y la rotonda del Laurel, donde se incorporarán olmos, la especie original de los jardines, desaparecida durante la epidemia de grafiosis de los 70.

Se plantea también  la recuperación como iconos del parque, de dos estructuras de los antiguos olmos que llegaron a poblar el 70 % del arbolado. Es una propuesta, auque los redactores del estudio no parecen muy optimistas sobre sus resultados: «Es una madera inerte desde hace varios años, sin ningún tipo de mantenimiento, que posiblemente se descomponga al moverlo», advierten.

La reposición del firme, sobre todo del albero que se aprecia muy deteriorado, es otro de los puntos de la intervención, cuyo proyecto se fija en el estado de la cerámica y de los diversos elementos arquitectónicos, para mejorarlos. 

Cerca de cumplir un siglo desde que en 1928 adquirieran su fisonomía actual con elementos tan característicos como la Fuente de las Ranas o la Caseta de los Patos,  los jardines del Prado afrontan la intervención más ambiciosa.