Se ha presentado en el Arzobispado de Toledo la campaña del Domund 2024 que se celebran el domingo 20 de octubre y que según explica el arzobispo Francisco Cerro tiene cuatro aspectos a destacar, en primer lugar que la Archidiócesis de Toledo cuenta con un centenar de misioneros repartidos por todo el mundo (afirma que la Iglesia o es misionera o no es nada) y recalca que se trata de llevar el mensaje de Jesús a todo el mundo, sea de la condición que sea; también muestra su contento por la participación de jóvenes en las misiones de verano donde 150 chavales acuden a distintos puntos del planeta a prestar su ayuda, en segundo lugar habla de la generosidad que significa el Domund y que en Toledo se mantiene la colecta como una de las más significativas para ayudar a quienes lo necesitan aunque su función principal es evangelizar pero sin olvidar el lado social.
También aboga por despertar la conciencia misionera, que la Iglesia siga con esta labor. El Domund es una misión hacia fuera, por ejemplo uno de los proyectos que se tiene está en Tánger para crear una casa de acogida a personas que viven en la calle.
El lema de la jornada que es 'Id e invitad a todos al banquete', y ha sido elegido por el Papa que es quien administra esta cuestación.
Los objetivos del Domund son aumentar el compromiso con el anuncio del Evangelio y apoyar a los misioneros, no solo en oración sino también económicamente para sacar adelante proyectos. En Toledo el año pasado se recaudaron 180.000 euros y España es la segunda que más recauda, tras Estados Unidos, y también una de las que más número de misioneros aporta. También se trata de dar visibilidad a los misioneros
Julio Alonso, misionero en el Perú, lleva 14 años y en este tiempo han creado una casa de retiro para grupos, dos casas hogar para personas sin recursos y hacen apostolado en las cárceles, entre otras actividades. Recuerda que en el Perú se está mejorando económicamente pero que sigue existiendo pobreza extrema y las jornadas laborales son muy largas y duras.
De su experiencia destaca la generosidad de las personas y la ayuda de la Providencia, la tarea pastoral la alegría con la que acogen el Evangelio las personas que acuden a ellos, dice que son gente afectuosa que vive con lo mínimo pero son felices y también destaca que dada la indigente labor a la que se enfrentan pocos sacerdotes para muchos feligreses reciben una ayuda inestimable por parte de los laicos.