La patronal reitera su deseo de que el futuro trazado del AVE entre Madrid y Lisboa incluya sendas paradas en Toledo y Talavera, las dos principales ciudades de la provincia por volumen de población y actividad económica. El futuro de la línea férrea, una infraestructura que los empresarios señalan como decisiva, tendría que haberse decidido en estas fechas. Al menos eso fue lo que prometió en agosto en su comparecencia ante el Senado el ministro de Transportes, Óscar Puente, que esperaba desbloquear el trazado «en paz y armonía», o, si no era posible, tomando una «una decisión unilateral». Ni una cosa ni otra. Por el momento.
El presidente de Fedeto, Javier de Antonio, insiste en la oportunidad que la alta velocidad brindaría a ambas ciudades. Los dos principales núcleos de población quedarían conectados por un trayecto rápido y seguro. El responsable de la organización empresarial recuerda el importante que flujo que se mueve cada día desde una ciudad ribereña hacia la otra, principalmente por motivos laborales, pero también por razones de índole familiar o administrativa. En ambos casos, además, se blindaría un acceso veloz hacia Madrid y una parte hacia un tercer país. Talavera, por su parte, quedaría enmarcada entre ciudades patrimonio de la humanidad, Toledo y Cáceres, dos de los puntos más turísticos del interior peninsular.
La preocupación por los detalles del trazado alerta al empresariado toledano. «Las dos ciudades vamos a perder si los políticos siguen enredando en buscar problemas en Toledo y en buscar problemas en Talavera», indica Manuel Madruga, secretario general de Fedeto. En la capital regional, los principales impedimientos reseñados apuntan tanto al uso de la actual estación de Santa Bárbara como al itinerario que la línea por hacer dibujará en la ciudad; en la ciudad de la cerámica, por su parte, el escollo se encuentra en el soterramiento exigido.
Las dificultades encontradas, sin embargo, no deben eliminar el rastro toledano de la ecuación, según Fedeto. «No tiene sentido hacerlo de otra manera. Pero no tiene sentido para ninguna de las dos ciudades: Talavera saldría perdiendo, Toledo saldría perdiendo», indica Madruga. La presencia de ambas, por tanto, se adivina como irrenunciable.
«El AVE tiene que llegar y tiene que llegar ya, porque esperando el AVE vamos a perder el tren», resumen desde Fedeto. La patronal confía en aprovechar el impulso público en favor del campeonato mundial de fútbol que se celebrará en 2030 y que, entre otros estados, organizarán los dos países ibéricos. La apuesta por este medio de transporte, además, incide en los efectos positivos que tendría en el tráfico rodado y en una mejor articulación del territorio provincial y regional.
Más allá del AVE entre las dos capitales peninsulares, los empresarios de la provincia reclaman atención al corredor atlántico, un espacio para el que piden las infraestructuras de comunicación suficientes que mejoren los enlaces de la zona con el conjunto del país. El objetivo de tejer una red ferroviaria más densa abriría, además, una puerta hacia el norte del continente.
CERCANÍAS PARA LA SAGRA. La posible llegada del Cercanías al norte de la provincia es una vieja demanda para localidades como Illescas. Buena parte de los trabajadores de este área desempeñan su actividad profesional en Madrid, una circunstancia que sobrecarga la autovía A-42 a diario. El efecto de este servicio sobre la dinámica economía sagreña resulta difícil de prever. «No sabemos qué puede pasar», relata Madruga, quien, en cualquier caso, no cree que pudiera generar «perjuicio» alguno.
«Creo, simplemente, que sería un instrumento que contribuiría a ordenar las cosas», añade. Además, esboza las dificultades para encontrar vivienda en esta zona.